En vísperas de cumplir noventa años, el señor Rui es un personaje cuya conciencia está instalada tanto en el presente como en un pasado compuesto por los instantes de una vida entera. La novela Comida de domingo transcurre en una doble temporalidad: el tiempo presente o cronológico, que se divide en una serie de acciones concretas que tienen lugar a lo largo de tres días; y el tiempo de la memoria, que discurre como una corriente de recuerdos que, sin seguir un orden lineal, emergen en forma de imágenes fugaces o episodios más extensos que, como piezas en un rompecabezas, van conformando la biografía de Rui. al presente le corresponde una narración en tercera persona desde el punto de vista del protagonista, mientras que el otro tiempo es la expresión más personal de un yo inmerso en el fluir de la memoria. A través de este desdoblamiento de la voz narradora, José Luís Peixoto incorpora en la estructura misma de su novela no solo la doble temporalidad, sino la concepción del tiempo, a partir de los mecanismos de la evocación y la anticipación, como superposición del pasado, el presente y un futuro que se manifiesta como una promesa -la ansiada celebración con la familia-, pero también, como la inminencia de la muerte. En la antesala del final de la vida, la percepción de la finitud recorre una novela que pone en el centro a la vejez entendida, a la vez, como un proceso de pérdida –de porvenir, de seres queridos y de capacidades físicas–, y como la acumulación de instantes preciados, afectos y, en definitiva, experiencia. En esta zona fronteriza entre la vida y la muerte, los límites, sin embargo, son tan imprecisos como la línea que separa al Alentejo de Extremadura, a los vivos de los fantasmas de los que ya no están, al presente del pasado, y en cada giro de la escritura, a la realidad de la ficción. Peixoto en estado puro. + Leer más |
Centroamérica Cuenta, además de contar las historias de Iberoamérica, abrió sus puertas a la poesía con un recital que reunió a poetas de ambos lados del Atlántico. En esta ocasión, presentó la edición de «Versos que cuentan» en Ciudad de Panamá.
Participaron Piedad Bonnett (Colombia), José Mármol (República Dominicana), Moisés Pascual (Panamá), Aroa Moreno Durán (España), Consuelo Tomás Fitzgerald (Panamá), Minerva del Risco (República Dominicana), Javier Alvarado (Panamá), Mar Alzamora (Panamá), Eyra Harbar (Panamá), Salvador Medina Barahona (Panamá) y José Luis Peixoto (Portugal).
Teatro Nacional de Panamá.
Imágenes cedidas por Centroamérica Cuenta – Festival anual de escritores.
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