InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
Las mejores frases de La vida descalzo (6)

Queridobartleby
Queridobartleby 28 August 2020
¿Literatos en la playa? Alguna vez, un amigo escritor que adoro pero al que no veo mucho, cosa de que cada encuentro sea para ambos un breve pero intenso tratamiento de rejuvenecimiento, me confesó que no iba a la playa no porque odiara el sol o le diera escalofríos el mar o le molestara la arena (aunque también por eso), sino porque no podía imaginarse una biblioteca en ninguna parte.
Comentar  Me gusta         30
Queridobartleby
Queridobartleby 31 August 2020
.. el libro que acaba de abrir y que ya cierra su trampa sobre él, una trampa que nunca más volverá a abrirse, es, como lo demostrarán las cuatro horas ininterrumpidas que pasará con él, en él, tan lejos de todo que la fiebre, la garganta enrojecida y el dolor de los músculos le parecerán contratiempos vividos por otro, en otro país y otra época, y sus padres y hermanos y amigos y el mundo en general, blanco antes de su envidia y su odio, porque podían hacer todo lo que a él le estaba vedado, se empequeñecerán, perderán definición, color, movimiento, hasta convertirse en mortales pálidos —que ese libro es el otro lugar que tiene la forma de la felicidad perfecta, y que, como escribió alguien a quien él leerá recién veinte años más tarde, cuando ya no esté circunstancial sino crónicamente enfermo, tanto que sólo será capaz de hacer lo único que quiere hacer, quemarse los ojos leyendo, quizá no haya habido días en nuestra infancia más plenamente vividos que aquellos que creímos dejar sin vivirlos, aquellos que pasamos con el libro por el que más tarde, una vez que lo hayamos olvidado, estaremos dispuestos a sacrificarlo todo.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         20
Queridobartleby
Queridobartleby 29 August 2020
No éramos frívolos, sin duda, y a los tres o cuatro días de llegar, sin bañarnos y con la ropa sucia, porque el gasista, demorado en una clínica de los alrededores por el lento trabajo de parto de su mujer, había dejado las garrafas de gas bajo llave y la carga de las que había en la casa, remanente de la opulencia estival, había alcanzado apenas para el mate de festejo de la llegada, cualquiera que nos sorprendiera en esas derivas callejeras, con las yemas de los dedos amarillas de nicotina y los ojos enrojecidos por el drambuie, un licor de whisky empalagoso, sí, pero el único con el que el hogar de leños aceptaba hacer juego sin protestar, bien hubiera podido tomarnos por un par de esos hippies recalcitrantes que abonaban el mito de la playa cuando el resto del universo lo dejaba caer, o por los sosías juveniles del Hammett y la Hellmann de Julia, una pareja de intelectuales que buscaba en los rigores de la playa invernal no sólo una comunión profunda sino también el temple, el filo, la resistencia capaz de exigirlos como nada en la ciudad —demasiado familiar, demasiado dócil— se animaba ya a exigirlos. Pero ¿éramos felices?.
+ Leer más
Comentar  Me gusta         20
Queridobartleby
Queridobartleby 27 August 2020
Sé que los que vamos a la playa —a Villa Gesell como a Cabo Polonio, a Punta del Este como a Mar del Plata, a Florianópolis como a Mar del Sur, a Cozumel como a Goa— vamos siempre más o menos tras lo mismo: las huellas de lo que era el mundo antes de que la mano del hombre decidiera reescribirlo.
Comentar  Me gusta         20
Queridobartleby
Queridobartleby 26 August 2020
¿Por qué se soñará tanto en la playa? En Cabo Polonio, supongo, para compensar los efectos de un cierto síndrome de abstinencia. El lugar no tiene luz eléctrica —no hay cine, no hay televisión, no hay computadoras—, y es tan indigente que las formas de comunicación publicitaria más elaboradas que tolera son las pintadas de la política municipal (Chiruchi Putazo, decía una de hace dos veranos destinada, según me contaron, a segar de raíz la carrera de un candidato a intendente) y los afiches de los cigarrillos Nevada, que, indiferentes a todo, casi comunistas en su intransigencia, se limitan a reproducir con orgullo la clásica bicromía —rojo, verde— de la marca. En otras palabras: si se sueña mucho es porque la playa es un territorio libre de imágenes.
Comentar  Me gusta         10
Queridobartleby
Queridobartleby 25 August 2020
Se sueña mucho en la playa. El programa de una noche normal en Cabo Polonio —la playa del Uruguay donde veraneo desde hace cinco años— tiene cierto aire de familia con las maratones continuadas que veíamos con mi padre y mi hermano, de chicos, en un cine de Las Heras y Agüero, el Roxy, que demolieron cuando ya todos habíamos olvidado cómo se llamaba.
Comentar  Me gusta         00


    Comprar este libro en papel, epub, pdf en

    Amazon ESAgapeaCasa del libro





    Test Ver más

    Escritores latinoamericanos ¿Quién es el autor?

    Como agua para chocolate

    Laura Esquivel
    Isabel Allende
    Gabriela Mistral

    15 preguntas
    135 lectores participarón
    Thèmes : literatura latinoamericanaCrear un test sobre este libro