A merced de un dios salvaje

Con un suspense muy contenido, Andrés Pascual nos relata como Hugo Betancor, un viudo fotógrafo llega a San Vicente de la Sonsierra, en principio solo para unos trámites de la herencia de su hijo y se encuentra con toda una cantidad de situaciones del pasado que lo llevan a vivir cosas que lo llevan al límite.

En un principio y me refiero a la primera parte del libro se nos muestra una fotografía del panorama que existe tanto en el presente y con el que se topa Hugo, poco a poco nos vamos relacionando con todos los personajes de la trama, es casi como una radiografía del escenario y por otra parte se nos van contando los hechos acontecidos años antes en la familia en la que creció la madre de Raúl y mujer de Héctor, cuando el hermano de ésta, en medio de una tormenta, desaparece siendo un niño y con el que Raúl tiene un tremendo parecido.

Llegando a la segunda mitad del libro es cuando comienza realmente el drama, el verdadero suspenso y el ritmo de la historia crece de manera exponencial y es cuando uno como lector comprende la importancia de haber retratado a cada personaje y todo el escenario de la primera parte, ahí es donde todos son sospechosos y sabemos cada motivación y cada personalidad para que cubran ese perfil.

Estamos acostumbrados a que últimamente los libros de este género tienen un ritmo brutal y el suspense y la intriga comienzan casi desde la página uno, entonces cuando te encuentras con algo diferente como este libro, que si bien no es lento, si que se toma su tiempo para poner cada cosa en su lugar e irnos dando un crescendo adecuado, cuesta trabajo adaptarse, no a la historia si no al ritmo.

Me ha encantado la manera de manejar el final, muy bien construido y perfectamente cerrado, nada apresurado y como en un puzle todo queda en su sitio.

No había leído nunca a este escritor, pero me ha gustado mucho su estilo y no voy a mentir hay cosas que creo que son innecesarias e incluso exageradas pero nada insalvable ni que nos eche a perder el libro, me gustó y por supuesto ni cabe decir que lo recomiendo para su lectura.