Una novela independiente pero también secuela de "
El demonio de Próspero". Si de este último me gustó su originalidad al protagonizarlo un exorcista bastante violento (por ser fina), y que acaba siendo poseído por un demonio que nos sale místico y filosófico, en esta nueva entrega el Yo narrador se sitúa en el demonio que se encuentra en el tercer Cuerno, un monasterio de monjes que son torturados por él. Y eso nos hace entender el porqué de esa "espiritualidad" en este demonio.
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😈 Lo bueno de la historia es que en pro del Plan de los altos mandos (donde vemos unos tejemanejes muy similares a los humanos), le obligan a trabajar mano a mano con el exorcista que poseyó en el pasado y que se odian a muerte.
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😈 Los diálogos o, en ocasiones, monólogos de este demonio son espectaculares: mordaces, divertidos, delirantes.
Nos pone en unas tesituras que a mí me ha hecho coger simpatía por el lado oscuro.
Fragmentos como estos son una delicia: "Los dioses no existen, y la religión es tan solo un constructo de la moralidad humana, que a su vez es una combinación de moda y oportunismo mental", o también: "en el principio era la Palabra, que resultó ser intraducible. Hace noventa millones de años organizaron un comité para tratar de descifrarla".
Una pluma demoledora de las ideas filosóficas y religiosas establecidas, y eso me encanta.
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😈 Los demonios son la mitad necesaria en el mundo para compensar al colectivo de los ángeles. No son ni buenos ni malos, son el equilibrio porque Él lo decidió así y son sus criaturas tanto como los otros.
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😈 Soy fan absoluta de este autor que consigue sembrar la duda en la mente de los lectores y ver a los demonios como funcionarios, trabajando para el Plan, igual que los ángeles.
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😈 Sarcasmo, ironía, humor, ambigüedades, son elementos que la pluma del autor maneja con habilidad y precisión.
Para mí ha sido una lectura divertida con diálogos brillantes que te hacen mover un poco la neurona y muchas veces alguna carcajada.