Ella tenía veintinueve años y él cincuenta y dos. Ella creyó que se casaba con su autor favorito, pero en realidad se había enamorado del narrador, y se casó con un personaje.
|
Ella tenía veintinueve años y él cincuenta y dos. Ella creyó que se casaba con su autor favorito, pero en realidad se había enamorado del narrador, y se casó con un personaje.
|
Amar los libros, para que luego fueran los libros, precisamente los libros, quienes se convertían en los fueros enemigos, en los fantasmas malignos que lo iban a perseguir en sus noches de vigilia e insomnio.
|
Yo no hubiera sabido aprovechar la vida, disfrutar la vida, entender la vida, protegerme de ella, si no me hubiera pertrechado de libros. Libros, libros, libros.
|
Lo único que dejamos las personas cuando nos esfumamos es un puñado de palabras.
|
Yo para mí que los pasajeros de un avión que se cae al océano o que se estrella contra el suelo son conscientes del desastre. Otra cosa es que estalle en pleno vuelo. En estos casos la muerte sobreviene de improviso y los pasajeros mueren en el acto, sin enterarse de nada. Son en cierto modo muertos que no saben que lo están. Deben ser estos muertos por sorpresa los que se aparecen en las leyendas, los fantasmas, muertos que no logran asumir que lo están y vagan desconcertados, como almas en pena, como extranjeros en ciudades desconocidas, deteniéndose frente a cada iglesia, admirándose de todos los edificios y consultando periódicamente un plano en el que no logran situarse.
|
¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?