La pequeña Malone

Una historia entretenida con un romance bonito.

Nos situamos en Londres, en 1813, cuando las damas se dedicaban a gozar de la temporada y los caballeros perdían grandes sumas de dinero en las mesas juego. Y, precisamente, esto último es el desencadenante de la trama de esta historia. Una trama sencilla que apuesta sobre la base de la relación de los protagonistas.

Lauren Malone vive sumida en una agonía continua porque su padre los ha llevado a la bancarrota con su constante pérdida de dinero, además, su progenitor no se preocupa nada por ella, y Lauren acusa esta falta de afecto. A pesar de todo, solo piensa en cómo ayudar a su padre y salir adelante, aunque sea haciendo algo no tan honesto como cabría esperar. El problema es que Marcus Chadwick, vizconde de Collington y hermano de su mejor amiga, no ve las cosas de la misma manera y decide ayudarle a su propio modo, proponiéndole un matrimonio de conveniencia.

Lauren lleva años enamorado de Marcus y, por eso mismo, no puede aceptar la propuesta que le hace. Desea un matrimonio por amor. Es una joven de carácter dulce y sereno, responsable y muy leal con los suyos. Por eso, cuando Marcus la lleva a su casa de soltero para que viva allí mientras soluciona los problemas de su padre, ella acepta temporalmente, aunque se niega al matrimonio ya que no desea arruinar la reputación de los Chadwick con una boda. A cada paso de la historia manifiesta su inocencia y su buen corazón.

Marcus es un caballero al que le gusta disfrutar la vida. El matrimonio está lejos de sus aspiraciones, ya que no cree en el amor. La salida que le ofrece a Lauren es simple conveniencia: él necesita un heredero y ella una solución a sus problemas. Sin embargo, lo que comienza como un ofrecimiento de ayuda se va convirtiendo poco a poco en un descubrimiento interior, un viaje al corazón que va pasando del deseo al amor. Todo lo que hace por ella lo conduce a descubrir sus propios sentimientos, si bien, al inicio chocará frontalmente con los deseos de Lauren. Los enfrentamientos que terminarán en pasión están servidos. La relación entre ambos pasa por diversos momentos, entre los que abundan los encuentros sexuales -que quizá ocupan demasiadas páginas, en mi opinión-.

Los personajes secundarios aportan riqueza y buenos momentos al desarrollo de la trama, son el complemento perfecto para los protagonistas. La narración es fluida y amena. He encontrado algunas expresiones que me han resultado un poco fuera del contexto de la época, al igual que algunos errores de redacción que no favorecen el buen acabado de la historia.

Si os gustan las historias de época, esta os mantendrá entretenidas y os dejará el corazón sonriente.