"A veces están dentro de mí todas aquellas cosas en las que no quiero pensar porque es imposible pensarlas; pero generalmente están detrás, a mi espalda, como una sombra olvidable y a la que no me es permitido pisar." (Pág.48, capítulo VII).
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"A veces están dentro de mí todas aquellas cosas en las que no quiero pensar porque es imposible pensarlas; pero generalmente están detrás, a mi espalda, como una sombra olvidable y a la que no me es permitido pisar." (Pág.48, capítulo VII).
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"Había que vivir, y por eso se inventó el patronazgo de las putas pobres, viejas, consumidas, desdeñadas. Impasible en el centro de las miradas irónicas, en restaurantes que servían puchero en la madrugada, sonriendo a gordas cincuentonas y viejas huesosas con trajes de baile, paternal y tolerante, prodigando oídos y consejos, demostrando que para él continuaba siendo mujer toda aquella que lograra ganar billetes y tuviera la necesaria y desesperada confianza para regalárselos, conquistó el nombre de Junacadáveres, conquistó la beatitud adecuada para responder al apodo sin otra protesta que una pequeña sonrisa de astucia y conmiseración." (Págs.142-143, capítulo XXII).
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" Mentían y olvidaban, o se ayudaban a mentir y a olvidar; como el rostro de algunos muertos, el pasado se iba limpiando de impurezas, renegaba de las circunstancias y de los móviles, y ocupaba, dócil y pujante, el aire cálido del dormitorio, rotundo como un texto de historia, como una leyenda de coraje, sabiduría y sacrificio. A veces volvían a abrazarse como dos fantasmas en la oscuridad, y forcejeaban por el placer, sin egoísmo ni prisa, seguros de que el espejo junto a la cama rejuvenecía en veinte años sus cuerpos al copiarlos, y que desde los tuétanos a las pieles crecía impetuosa la dignidad, una virtud que cada uno pensaba y designaba con palabras distintas no formuladas." (Pág.64, capítulo X).
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Como agua para chocolate