No piensen que no han vivido lo bastante como para no tener una historia que contar.
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No piensen que no han vivido lo bastante como para no tener una historia que contar.
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-Tu vida no la escribes con palabras- dijo el monstruo-. La escribes con acciones.
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Cumplir años es envejecer, crecer es otra cosa. Es darse cuenta de que la vida no es lo que esperas. No es justa ni predecible, ni controlable. Es comprobar que a veces se gana y otras se pierde. Y sobre todo, que a veces se gana y se pierde al mismo tiempo. Crecer es aceptar la incertidumbre.
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—No lo entiendo. ¿Aquí quién es el bueno? —No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en algún punto intermedio. Conor negó con la cabeza. —Es una historia terrible. Y falsa. —Es una historia verídica —dijo el monstruo—. Muchas cosas que son verdad parecen falsas. Los reinos tienen los príncipes que se merecen, las hijas de los granjeros mueren sin razón, y algunas veces las brujas son dignas de salvación. Muchas veces, la verdad sea dicha. Te sorprendería saber cuántas. |
—¿Qué quién soy? —rugió de nuevo—. ¡Soy la espina dorsal que sostiene las montañas! ¡Soy las lágrimas que lloran los ríos! ¡Soy los pulmones que respiran el viento! ¡Soy el lobo que mata al gran ciervo, el gavilán que mata al ratón, la araña que mata a la mosca! ¡Soy el gran ciervo, el ratón, la mosca que son comidos! ¡Soy la serpiente de mundo que se devora la cola! ¡Soy todo lo que no está domesticado y no se puede domesticar! —Acercó a Conor uno de sus ojos— Soy esta tierra salvaje, y he venido a por ti, Conor O’Malley.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?