Creía que era una bala de nueve milímetros a mil kilómetros por hora. Y que la vida era el tiempo que transcurría desde que salía del cañón del arma hasta que se abría paso por tu cerebro
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Creía que era una bala de nueve milímetros a mil kilómetros por hora. Y que la vida era el tiempo que transcurría desde que salía del cañón del arma hasta que se abría paso por tu cerebro
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¿Por dónde empezar este relato? Ojalá pudiera decir que por el principio. Pero es que no sé dónde se inicia,
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- ¿Perder mejor? ¿Y para qué sirve ser bueno en eso? - La vida consiste, sobre todo, en intentar cosas que no te salen -dije-. Perder es mucho más habitual que ganar. El mismo Futabayama perdió y perdió antes de empezar a ganar. Y está bien ser el mejor en lo que uno va a hacer más amenudo, ¿no es cierto? |
10 negritos