Ylandra. Tiempo de Osadía

La paz es algo bello y frágil, tanto que si la abrazáramos se rompería.

La venganza nunca es fácil. No se trata solo de matar a una persona. Hay que vencerla. Destrozar su vida, su identidad y su persona. Matarle es solo el final de un glorioso camino.

-La paz es algo bello y frágil, tanto que si la abrazáramos se rompería -susurró ensimismada.

Una guerra no la gana el más fuerte ni el más preparado. Una guerra siempre la gana el que mejor se adapta a sus circunstancias. Si eres fuerte puedes aplastar a tu oponente. Si tu enemigo se equipara a ti aún puedes guerrear y ganar. Pero si eres débil y combates, solo puedes perder. Por otro lado, si eres débil puedes ser invisible, puedes desaparecer o morir y continuar luchando sin que ni si quiera tu enemigo lo sepa.

La venganza nunca es fácil, chico. No se trata solo de matar a una persona. Hay que vencerla. Destrozar su vida, su identidad su persona. Matarle es solo el final de un glorioso camino.

En ese caso, te diré qué tienes que hacer con la aflicción, la pena, el odio, el rencor, la culpa, las ganas de venganza y con todo lo demás en lo que ahora mismo te has convertido. ¡Abrázalo! Agárralo tan fuerte como puedas y no lo sueltes nunca. Todas esas emociones moldearán tu fuerza y tu poder. Así pues, no las evites, ni reprimas, ni suprimas. No importa cuánto duelan. No importa si agujerean tanto tu corazón que temes ser incapaz de volver a respirar. Deja que lo hagan. Deja que te hieran. Deja que te maten. Son vida y de la vida procede nuestro conocimiento y nuestro poder.

La confianza es un bien muy escaso y muy preciado. Y como todo lo que es escaso y valioso cuesta mucho esfuerzo conseguirlo.