Me parece que debe despreciar cordialmente a las mujeres que lo toman como es, y que despiden a su último amante para atraerlo a sus brazos con los besos de otro en los labios. Le preguntaba hace un instante si había amado, me ha respondido como un viajero a quien se preguntase si ha estado en Italia o en Alemania, y respondiese: "Sí, he estado"; y que, después, estuviese pensando en ir a Suiza, o al primer país que se le antojase.
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