Saber y la renuncia, el - nikola vaptzarov

La obra de Muñoz Hidalgo tematiza cuestiones esenciales, que nadie antes había abordado, y las acerca a los lectores empleando el tamiz de una pluma, que suele destilar lírica y carpintería teatral a partes iguales. El autor de “La calle del vacío” nos ofrece dos piezas de su teatro histórico, que logran agitar la conciencia y conmover el corazón.
“El saber y la renuncia”, escrita en verso en 1987 y recuperada ahora con los excelsos bocetos de José María Carnero, es una aproximación biográfica de los Santos Cirilo y Metodio, desvelando sacrificios familiares y esfuerzos espirituales, el rechazo amoroso de Metodio a Teodora y las disputas en el tribunal eclesiástico para “cambiar a Dios de su idioma”. Un breve retrato a vuela pluma que perfila la personalidad de dos hombres de fe, de tesón y abnegación.
Por su parte, Nikola Vaptzarov es “el alma de la revolución contra el abuso de los explotadores”, un idealista con inquietudes culturales que defendió derechos y libertades, que se posicionó junto a los más débiles aun a costa de importantes sacrificios personales, que no lograron ni desestabilizar sus lazos familiares ni doblegar su ímpetu reivindicativo. A pesar de las adversidades y sinsabores, de las piedras en el camino, Vaptzarov permanece fiel a su ideología. La pieza, que se publica en español, inglés y sueco, tiene estructura anular, algo que ya utilizara Muñoz Hidalgo en anteriores obras, y un protagonista inasequible al desaliento, rotundo, cuyo trágico final estaba escrito en las estrellas con árida tierra de labranza.
Estamos ante un acercamiento a una época trascendental de la historia búlgara, extrapolable a otras latitudes donde el fascismo campó a sus anchas en el siglo XX.