Éfetrix 14

Con tres focos diferentes comienza esta novela de ciencia ficción, del subgénero space opera, una aventura espacial que nos llevará a recorrer el universo de los Recorremundos (grandes seres-ciudad donde habitan los edlins) y conocer a nuestros personajes en su complejidad.
La historia nos relata diferentes momentos de Misel, Akari y Emís, en sus viajes por los Recorremundos, en los que cada uno tendrá su propia misión, salvar Edlast, conocer el mundo o dejarse desaparecer.
Un mundo nuevo
Lo primero que nos llama la atención, o al menos a mí, de la novela es la configuración de seres y mundo que nos ofrece. Los edlins serán unos seres antropomorfos que tienen un simbionte en sus manos que les ayuda a sobrevivir en el ambiente en el que habitan. Herederos de los humanos, su conexión con el mundo que les rodea es mayor gracias a los térilos, una especie de apéndices filosos en su cabeza que les permite conectar a través de pórix, que creo que la mejor manera de definirlo físicamente es el musgo, para obtener esa información.
Esto, que es una descripción muy general, podría no engancharnos o impactarnos, sino fuera porque su presentación narrativa se hace a través de un recién nacido. La primera experiencia con la novela consiste en conocer a esta nueva criatura desde sus primeros minutos de vida. En este sentido, sí reconozco que el principio me descolocó un poco porque creo que es mucha información nueva, en tanto que el mundo es completamente ajeno al nuestro, con una parte narrativa de cierto calado. Sin embargo, dicho esto, reconozco que también es divertido y engancha esa confusión, ya que es la misma que siente la niña recién nacida ante el mundo que le rodea.
Además de este acierto en el inicio, la novela destaca por su wolrdbuilng. Estos seres, que recordemos que son herederos de los humanos, viven en un entorno hostil, ya que han tenido que integrarse en los organismos de grandes seres (los Recorremundos) para sobrevivir a lo que llaman Inestabilidad (las condiciones adversas fuera de ellos). de este modo, los escenarios de la novela no son tanto artificiales como orgánicos, lo que no quita que encontremos tecnología y construcciones.
Para que os hagáis una idea, me ha recordado mucho al mundo de Las estrellas son legión de Kameron Hurley; la idea de parasitar un ser, el pórix (que es algo indudablemente vivo) con el que se comunican, los acontecimientos importantes de la sociedad (que se coordinan entorno a partes de la criatura, etc.). Además de esto, una de las cosas que pueden hacer estos «nuevos humanos» es implementar en ellos seres u aparatos tecnológicos, dando una sensación más orgánica, más plástica al mundo que desarrolla.
Este para mí es uno de los puntos fuertes de la obra, ya que no solo nos ofrece un mundo nuevo y distinto, sino que desarrolla en él ampliamente todas las cuestiones que podemos desear en este descubrimiento: sociedad, tecnología, relaciones, etc.
El carácter de los tipos
Aunque es cierto que a nivel de personajes nos encontramos con tres de los tipos principales en este estilo de aventuras, la verdad es que no caen en la monotonía ni en el tópico fácil.
Por un lado, tendremos a Akari Stradess, un policía apartado del servicio que se ha obsesionado con su última investigación: demostrar que hay un sector de la clase dominante que quiere romper la paz. Para ello, Akari hará todo lo posible por conseguir pruebas, incluso cosas más allá de la ley, en post de ese ideal, aunque pronto veremos que la venganza, la traición y la nostalgia serán sus banderas. Eso sí, frente a otros personajes del estilo, en los que su carácter es descreído y tosco, encontraremos en Akari la positividad, la esperanza y la lógica para conseguir lo que se propone.
Después tendremos a Emís, una especie de antigua soldado a la que con la paz no le queda nada. El pasado de persigue y su presente es avanzar un día más, su desarrollo es quizá el más obvio, pero también el más bonito, ya que todos alguna vez hemos sido Emís y vernos en ese punto es muy interesante en una novela.
Finalmente, tendremos a Misel, mi favorita. Con ella sufrimos, reímos, tememos y descubrimos en gran parte de la novela. Su historia es muy dura y será con quien, sobre todo, tengamos los mayores puntos de tensión narrativa. El autor ha sabido muy bien gestionarla en los tres casos, pero en el caso de Misel creo que lo hace de manera exacta, casi como el mecanismo de un reloj.
De lo que nos habla
Finalmente, quiero destacar el estilo del autor. Lo cierto es que me ha sorprendido bastante, porque no solo tiene un estilo accesible, dentro de todo el vocabulario específico de su cf, que es lógico al inventarse el mundo, sino que, además, ha sabido cerrar todas las tramas y que los hilos se engancharan unos con otros sin mayor problemática.
En este sentido, pocos son los autores a los que no les queda ningún fleco suelto, así que para mí creo que es una muy buena incursión en el género. Consigue que todos los tips de la space opera estén, los une bien y, además, incluye temas muy interesantes como el valor de la paz, la configuración de la familia y la gestión de la identidad.
No dudéis
No sé cuántos asiduos a la ciencia ficción hay por estos lares, yo siempre me he declarado fan incondicional, pero es verdad que andaba un poquitín alejada del género por saturación. La vuelta está siendo bastante emocionante, porque, aparte de los clásicos que estoy leyendo, estoy encontrando nuevos autores actuales que han encajado muy bien el género.
No es un género fácil ni para el lector ni para el escritor, pero cuando una obra sale bien, y os puedo decir que este es el caso, es una gozada por la capacidad que tiene en nosotros de imaginar otros mundos y por la capacidad, también, de hacernos pensar en cuestiones que no serían tan sencillas de poner en jaque en nuestra realidad. Por ello, os animo mucho con esta lectura, creo que si os gusta el género, os puede gustar mucho.



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¡Menuda sorpresa me he llevado con este autor y con este libro!.

Éfetrix 14 es una historia muy bien formada y con esto me refiero a que se nota a leguas el tiempo que el autor ha invertido en crear, construir y desarrollar este mundo y sus personajes, todo está muy bien hilado.

Al principio quizás te satures un poco por la gran inmensidad del mundo que ha creado y todos los términos y palabras que utiliza pero cuando leas unos cuantos capítulos estarás dentro por completo.

El worldbuilding es de 10, muy extenso, calculado al milímetro, decir que es original es quedarse corto. El trabajo que hay ahí es innegable.

Otra parte a destacar es la pluma del autor, ligera en los momentos oportunos (como son las conversaciones), incisiva en otros (como cuando hay que explicar alguna particularidad de Edlast) y novedosa e ingeniosa (como cuando adapta dichos de toda la vida a este mundo). Os puedo asegurar que he leído cientos de libros publicados por editoriales que, en el ámbito de la narrativa, no le llega ni a los talones a este, lo mismo puedo decir respecto de la corrección y edición, creo que no me he encontrado ni una falta de ortografía y ni un solo error en todo el libro.

Y ahora vamos con los personajes, ¡ay los personajes!... ¿Cómo les he podido coger tantísimo cariño? están tan bien construidos, cuando hablaba cualquiera de ellos no podía evitar pensar: si, eso es precisamente lo que diría Misel o Emís o Akari. Están tan bien construidos que los llegas a conocer a la perfección. Y el hecho de que los protagonistas sean viejos (grises, como dirían ellos) me ha parecido novedoso ya que en la mayoría de los libros los personajes principales o son adolescentes o, como mucho, treintañeros.

Una de las últimas cosas que me gustaría destacar es lo visual que es, cuando se narraban ciertas escenas, como con los Tallados o la del laberinto, sientes todo como si estuvieras viendo una película.

El final me ha tenido en tensión total, menos mal que hay ese punto de esperanza, necesitaba que esta historia lo tuviera.

En resumen, esta es una historia pausada en determinados momentos, inteligente, complicada, muy trabajada y, por todo ello, puedo decir con total convicción que es un libro que recomiendo al cien por cien. No os va a defraudar.