Y llegué por fin al último tomo de esta serie apocalíptica tan famosa en este ámbito. Al final del tomo anterior Teru consiguió llegar por fin a Tokio. A pesar de haberse separado de Seto y Nimura tras el derrumbe del centro comercial donde habían aterrizado el helicóptero, Teru tiene esperanzas de reunirse con ella de nuevo en la ciudad, tal y como habían hablado antes de ir cada uno por su lado. La ciudad está completamente destruida, y aunque seguimos sin saber qué es lo que ha pasado exactamente, el alcance de la catástrofe es inmenso, hasta el punto de que no parece que haya sobrevivido nadie. Teru camina con dificultad por la ciudad en dirección a su barrio, pero sin comida ni agua cada vez se encuentra más débil. Tras escuchar una voz humana en los túneles de metro, llega hasta una radio que está retransmitiendo, lo cual quiere decir que hay gente viva. Decidido a dar con los supervivientes, Teru sigue adentrándose en las profundidades hasta llegar a una zona propiedad del Gobierno para afrontar grandes catástrofes. Dentro de un amplio almacén encuentra comida y agua junto a un grupo de chavales con el cráneo repleto de cicatrices. Su cabecilla le lleva junto al líder, que es quién retransmitía a través de la radio, y este le cuenta que son el fruto de un experimento gubernamental para eliminar el miedo. Como era de esperar Teru huye de allí y vuelve al que fue su hogar para encontrarse todo en ruinas. En su instituto se reencuentra por fin con Teru y Nimura y, tras un rifirrafe con este último, escuchan en la radio que han llegado fuerzas armadas de otros países para ayudar a los supervivientes y acabar con los grupos de insurrectos. de camino hacia su supuesta salvación se despeja el humo que lo inunda todo para descubrir que un nuevo volcán ha aparecido en la ciudad de Tokio. Este último tomo me ha parecido bastante entretenido, aunque quizás excesivamente explicativo (nunca sabes si es mejor que te cuenten todo o que te dejen en el aire incógnitas…). En su conjunto es una serie impactante, aunque creo que en su momento tuvo que serlo aún más porque no existían tantas series sobre catástrofes como ahora. + Leer más |