Peyton Place

Hoy voy a empezar la reseña con un aviso: si abrís este libro, no vais a ser capaces de cerrarlo hasta que lo hayáis terminado. Luego no digáis que no os lo he advertido.

Y es que no en vano “Peyton Place”, de Grace Metalious, estuvo 59 semanas en la lista de superventas del New York Times y es uno de los libros más vendidos en Norteamérica; es completamente adictivo.

Seré clara, no es un libro que destaque por lo bello de su prosa, por sus recursos literarios, por su estilo o lo más o menos elaborado de su trama, este libro destaca porque tiene todo lo que necesita una historia para absorberte desde la primera línea. Los personajes, la atmósfera, la ambientación, la estructura por capítulos… la autora hace que todas las piezas encajen para mantenerte pegada a la página, ansiando saber qué va a suceder a continuación, cómo van a terminar los personajes, a dónde nos lleva todo lo que sucede en este pequeño pueblo.

Cuando digo que esta historia no destaca por su prosa o su estilo no quiero decir que esté mal escrita, o que no tenga su valor, simplemente es que la autora escribe de una forma muy natural, fluida, con bastantes diálogos y no demasiadas descripciones, aunque esto no impide que puedas imaginar todo a la perfección mientras lees.

Una historia con muchos hilos perfectamente conectados, con una capacidad para atrapar al lector increíble, cuyo argumento está cargado de dramatismo pero con algún que otro toque de humor negro que le dan el aire exacto que necesita la historia. Una novela de personajes, en la que pasan mil cosas aunque parezca que no está pasando nada; de verdad, me ha parecido maravillosa.

Sencilla, ingeniosa, adictiva, inteligente, sorprendente… en resumen, ¡inmejorable!.

🏔Ambientación. Como su nombre indica, sin salir de Peyton Place, un pueblo ubicado en Nueva Inglaterra, nos sumergiremos en 555 paginas que huelen a pueblo, a familia, a casa y que desprenden sobretodo esencia.

👣Suelo acostumbrar a hablar de los protagonistas en mis reseñas, pero en este caso nos encontramos con infinidad de personajes, cada uno juega su papel, por lo que solo me queda haceros una pequeña recomendación, y es que si sois un poco despistados o vais a compaginar varias lecturas con este libro, os hagáis una chuleta con los nombres.

👀Si me pidierais que resuma esta lectura en 1 frase, sin duda alguna la mía sería “En todas las casas, cuecen habas”. Creo que no hay mejor descripción que esta, ya que como os decía este libro tiene una esencia a pueblo que traspasa. Supongo que si alguien tiene pueblo, cuando lea este libro le será imposible disociar ciertas actitudes y entenderá de lo que hablo.

🗯¿Qué nos vamos a encontrar en estas páginas? Un narrador omniscente que ayuda a que no te pierdas qué es lo que ocurre detrás de cada puerta. Amor, dolor, traición, poder, secretismo, destrucción… Son solo un pequeño puñado de los ingredientes que tiene esta novela, que ojo, ya se publicó allá por mediados de los años 50 y qué reflejaba una sociedad para la que no estaban preparados. Me atrevo a decir que hoy día tampoco lo estamos para según qué tramas que se cuentan en este libro, o al menos eso refleja la sociedad de mierda en la que vivimos; pero el impacto en aquella época a algunas cosas que nos vamos a encontrar tuvo que ser muy heavy.

🚪La estructura del libro está dividida en 3 partes, y se lee muy cómodo, aunque es verdad que en algún momento he sentido que se me hacía un poco lento. Entiendo que la primera parte es la que nos introduce en la vida cotidiana del pueblo, pero me ha parecido un poco larga, y es que aunque la acción tiene cabida en las tres partes, creo que va increscendo.

🏘Como dato anecdótico decir que este libro lleva un subtitulo que es “Pueblo pequeño, infierno grande” y en ETB1 los domingos por la noche dan un programa en el que recorren los pueblos de Euska Herria para enseñarnos los parajes, sus gentes y sus costumbres, en definitiva su cultura bajo el título “Herri txiki, inpernu handi”, que significa lo mismo.

“Las ciudades pequeñas son conocidas por su memoria privilegiada y su lengua afilada” como resumen de lo que encontramos en esta novela publicada en 1956. Entonces causó un tremendo revuelo y escándalo en Estados Unidos por la variedad de temas oscuros e incómodos (y no por ello menos reales y habituales), que encierran sus páginas. Pero es que… ¿a quién le gusta que digan verdades a la cara? Especialmente cuando esas verdades son lo peor de uno mismo.
 
Peyton Place es una novela coral que nos acerca a una población ficticia pero que tiene mucho de Potter Place, donde la autora vivió algunos años. A partir de capítulos cortos, saltaremos de casa en casa, de ciudadano en ciudadano, de familia a familia, para conocer los secretos, anhelos, negocios, relaciones… que cada cual esconde lejos del resto, cuando cierra las puertas de su casa. (Consejito: si como yo eres malo con los nombres, te animo a que te hagas un croquis)
 
Una historia que se cuece a fuego lento abarcando una década (años 30-40s), sin prisas, como el mejor de los guisos. Es así como se realzan los ingredientes y se consigue el sabor más sabroso, y Grace Metalius sabía lo que se hacía. Como quien no quiere la cosa, pieza a pieza, se va dando forma a un puzzle donde todo termina por encajar y sacar a la luz las vergüenzas de un lugar lleno de diferencias sociales que separan a unos de otros, racismo, corrupción… y temas tan escabrosos como el incesto. al tiempo que vemos crecer (y envejecer) a los personajes, los vemos enamorarse, casarse, mentir, asesinar, cumplir sueños, fracasar, morir…
 
La autora se muestra finísima, directa y certera en la crítica a la hipocresía de la sociedad, a los sinsentidos del puritanismo, al abuso de poder desde los estamentos religiosos y empresariales. Esto se da, tristemente, en todas partes, pero sin duda en las comunidades pequeñas destaca aún más, puesto que la vida de cualquier, parece de dominio público. ¿Lo mejor? La narración consigue hacerte sentir que tú eres una vecina más, cotilleando lo que sucede al resto a través del visillo. Y eso engancha, mucho.
 
Una novela perfecta para leer en una tarde de lluvia o debajo de una manta, llena de salseos que querrás comentar con todo el mundo. Una historia que quizá ya no escandalice (porque lamentablemente nos hemos “acostumbrado” a lo conocer las peores caras del ser humano), pero desde luego incomoda y es fácil imaginar el tsunami que debió suponer en su momento.

Los libros ubicados en pequeñas urbes tienen algo que los hace atractivos. Quizás sea su capacidad para introducirte en una comunidad que te es ajena y que, sin embargo, acabas sintiendo como propia. Eso es precisamente lo que pasa con Peyton Place.

La historia transcurre en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra a lo largo de una década (de los años 30 a los 40). Las habladurías, los rumores y los prejuicios son el día a día de los habitantes de esta pequeña ciudad llena de contrastes económicos y sociales. La novela consigue atrapar desde las primeras páginas porque presenta un elenco de personajes muy interesantes y bien planteados que van desde una adolescente rara que sufre bullying hasta un empresario sin escrúpulos, una madre soltera, un padre alcohólico, un médico viudo. Todos ocultan algo, todos guardan algún secreto que les oprime, cómo la pequeña sociedad de Peyton Place, que es asfixiante hasta el hastío. Es como una telenovela rural escrita: hay líos amorosos, conflictos familiares, adolescentes, drama, corrupción, acción...
Pero lo que hace de Peyton Place una novela realmente genial es su crítica sin tapujos a la moral conservadora de la comunidad, que juzga sin piedad a la par que frivoliza, que vive del morbo y de los cotilleos, que alimenta la desigualdad y se convierte en juez que condena o absuelve en función de juicios públicos basados en un pensamiento retrógrado y machista.

Esta es la verdadera maravilla del libro: con una historia ligera, de capítulos cortos, personajes variados y diálogos dinámicos te muestra cómo la libertad no existe cuando hay desigualdad, cómo un pueblo entero puede cortarte las alas, limitarte o hundirte, y cómo a veces escapar se convierte en la única forma de poder ser libre.

“Peyton Place” es una novela ambientada en un pequeño pueblo ficticio de Nueva Inglaterra, en la época anterior y posterior a la Segunda Guerra Mundial. Seguimos las vidas de varios habitantes del pueblo, en especial de tres mujeres: Constance, su hija Allison, y Selena. Peyton Place es el típico pueblo opresivo, donde todos se conocen, todos hablan del vecino y todos esconden secretos inconfesables.

Esta novela causó sensación cuando se publicó, en 1956. Y no es para menos, ya que toca una cantidad de temas considerados tabú, como el adulterio, el aborto, el incesto, el asesinato… Además, la autora quiso mostrar la desigualdad social dentro de un pequeño pueblo, y la hipocresía que se deriva de ella.

Empecé este libro en un momento en el que no conseguía centrarme en ninguna lectura. Por eso, el principio me costó un poco, pero en cuanto llegué más o menos a las 100 páginas, ya no podía soltarlo. Creo que la mejor manera de describir esta novela es diciendo que engancha, y mucho. Es como estar viendo un culebrón y enterarnos de todos los cotilleos del pueblo. Todos los personajes, principales o secundarios, nos caigan mejor o peor, tienen secretos muy interesantes y que queremos conocer hasta el final. Entiendo el éxito instantáneo que tuvo la obra y es que, como he dicho, despierta nuestro lado más chismoso.

Ya sabéis que soy fan absoluta de Stephen King, y en esta novela podemos ver de forma muy clara la inspiración del autor para varias de sus novelas que transcurren en pueblos, especialmente “El misterio de Salem's Lot”. Me encanta este concepto de “Pueblo pequeño, infierno grande” que prevalece en muchas de sus obras, y por eso “Peyton Place” llamó enseguida mi atención.

La autora, Grace Metalious, tuvo una corta y problemática vida. Conoció el éxito gracias a esta novela y murió a los 39 años debido a los excesos con el alcohol. Aún así, nos dejó la segunda parte de “Peyton Place”, nunca traducida al castellano, que espero poder leer pronto.
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