La Nueva York de
Coco Mellors es una de las drogas que sus personajes consumen, una ciudad de constante movimiento que imposibilita la felicidad de sus habitantes. Cleo, una joven británica de belleza deslumbrante y etérea, conoce a Frank, un hombre mayor que ella, igualmente apuesto, en un ascensor pocos minutos antes del cambio de año. La primera conversación, que ocupa todo el primer capítulo, se convierte en un intercambio de comentarios ingeniosos (que a mí solo se me ocurrirían horas después de una cita) que los conduce a una relación intensa, pasional y, en apariencia, efímera, dado que el visado de Cleo está a punto de caducar.
Pero no, seis meses después (seis meses que ocurren fuera de la página), para la sorpresa de la lectora y de los amigos de la pareja, saltamos al feliz día de su loca boda. "Cuando la parte más oscura de ti se encuentra con la más oscura de mí, crean luz". Eso le dijo Frank a Cleo en su boda improvisada, y os podéis hacer una idea de lo explosivo (y poco sano) del recién estrenado matrimonio. Y no le falta razón, al menos en la primera parte: ambos tienen graaandes partes ensombrecidas que no llegan a conocer en el breve período de cortejo. La tristeza de Cleo se encontrará con el éxito y el alcohol en el que Frank ahoga su vida. Puede salir muy bien, o puede salir muy mal (como todo, vaya).
En el segundo capítulo, durante la boda, conocemos a los personajes secundarios que pueblan la novela: todos ellos, independientemente de la edad, asquerosamente ricos. ¿Qué deciros de ellos? Que la mayor parte del tiempo son insufribles e incomprensibles, que cuando parece que comienzan a redimirse, vuelven a torcer el camino. ¿Es esto un impedimento para disfrutar de la novela? de ninguna manera, os aseguro que os enganchará de principio a fin, aunque también os aseguro que más de una vez tendréis ganas de zarandearlos. Concluyendo,
Coco Mellors, en su novela debut, apuesta por un mundo construido sobre la luz y las sustancias, pero sin sustancia. Debajo no hay nada, y por ello se trata de un mundo destinado a la autodestrucción.