—Por eso me caes tan mal…, por tu perfección. —Eso ya lo has dicho. —Pero no me cansaré de repetirlo, porque cuando te miro, veo eso: perfección. Y lo odio. |
—Por eso me caes tan mal…, por tu perfección. —Eso ya lo has dicho. —Pero no me cansaré de repetirlo, porque cuando te miro, veo eso: perfección. Y lo odio. |
Eso es lo bonito de los grandes momentos, que en realidad son muy pequeños, pero marcan la diferencia, y lo hacen con tanto poder que se convierte en una parte de tu vida que rememorarás una y otra vez.
|
¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?