El amor expulsa al miedo y la gratitud doblega al orgullo.
|
El amor expulsa al miedo y la gratitud doblega al orgullo.
|
El amor es lo único que nos llevamos cuando morimos y hace que el final sea un poco más dulce.
|
Me gustan esos pajaritos más que las gaviotas, no son tan hermosos ni tan salvajes, pero parecen felices y saben disfrutar de las pequeñas cosas. […] Mamá decía que le recordaban mucho a mí porque no paran de moverse, les gusta estar junto a la orilla y siempre andan cantando alegremente. Tú eres la gaviota, Jo, fuerte y salvaje, enamorada del viento y de las tormentas, capaz de adentrarse en el mar y vivir feliz en soledad. Meg es la tórtola y Amy es como las alondras.
|
No os riais de las solteronas, jovencitas, porque suelen ser muy sensibles y ocultan trágicas historias de amor en corazones que laten quedamente bajo sus sobrios vestidos, y su silente renuncia a la juventud, la ambición y el amor vuelve sus apagados rostros especialmente hermosos a los ojos de Dios. Hay que entender que incluso a las hermanas tristes y amargadas, porque no han conocido el aspecto dulce de la vida, y verlas con compasión, no con desdén; vosotras, jovencitas en la flor de la vida, recordad que la flor se marchitará, que la tez no permanecerá eternamente tersa y sonrosada, que en el cabello castaño aparecerán hebras plateadas y que, llegado un punto, la ternura y el respeto os parecerán tan valiosos como hoy lo son el amor y la admiración.
|
A este paso, acabaré convertida en una solterona. Una solterona casada con la pluma, que en lugar de hijos, tendrá obras y tal vez, dentro de veinte años, un pequeño fragmento de gloria,[...]
|
[...] los valores son mucho más importantes que el dinero, la posición social, la formación intelectual o la belleza [...]
|
Jo conoció el sabor de la satisfacción y dejó de envidiar a las muchachas ricas al sentir que podía mantenerse por sí misma, sin tener que pedir un centavo a nadie.
|
Como todo el mundo sabe, en Norteamérica las muchachas firman primero su declaración de independencia y disfrutan de la libertad con republicano entusiasmo, pero, cuando se casan, abdican en favor de su primer vástago y viven más encerradas que una monja de clausura francesa, aunque, eso sí, sin el voto de silencio.
|
Manolito ...