Mujercitas [Versión íntegra ilustrada] de Louisa May Alcott
No os riais de las solteronas, jovencitas, porque suelen ser muy sensibles y ocultan trágicas historias de amor en corazones que laten quedamente bajo sus sobrios vestidos, y su silente renuncia a la juventud, la ambición y el amor vuelve sus apagados rostros especialmente hermosos a los ojos de Dios. Hay que entender que incluso a las hermanas tristes y amargadas, porque no han conocido el aspecto dulce de la vida, y verlas con compasión, no con desdén; vosotras, jovencitas en la flor de la vida, recordad que la flor se marchitará, que la tez no permanecerá eternamente tersa y sonrosada, que en el cabello castaño aparecerán hebras plateadas y que, llegado un punto, la ternura y el respeto os parecerán tan valiosos como hoy lo son el amor y la admiración.
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