El juego de Banana

Me esperaba una cosa de esta novela y me encontré otra. Esperaba, al leer la sinopsis, una trama distópica pero me encontré con algo mucho más diferente pero muy bello.

Una empresa se dedica a buscar personas con un perfil determinado: que estén solas, sin una visión de futuro, deprimidas o sin trabajo fijo, con vistas a tener un futuro incierto.
Para ello, estudian a las personas mediante las preferencias y búsquedas que hacen por internet.
Así es como Banana Yoshimoto, una coach que trabaja para la empresa, encuentra a nuestra perdida Ángela.
Ángela, sorprendida por la propuesta, la rechaza inmediatamente.
A partir de ese momento, nuestra protagonista nos muestra su día a día, desde los viajes a la habitación del hospital donde su madre está ingresada pasando por los alumnos a los que da clase de narrativa.

Los alumnos de su clase, cada uno con sus peculiaridades, son determinantes en las decisiones que Ángela va tomando a lo largo de la historia. Si bien me han parecido bastante entrometidos, juegan un papel bastante importante. Acuden a ella bajo el pretexto de leerles sus textos pero salen cambiando la perspectiva que tiene Ángela de ver el mundo — a veces bueno, a veces malo —.

Ayudándose de pequeños textos de diferentes obras y autores que encajan en el texto, nos quedamos con un humor inteligente e irónico y un buen arsenal de títulos mencionados pendientes de leer y muy interesantes.

De todo, me quedo con las dos Ángelas que nos muestran, una al principio del juego de Banana y otra al final. La del final, claro está que su vida era la más "sencilla" y fácil, pero la Ángela del resto de la trama ha sido la que más se ha desnuda ante el lector.

También me ha parecido muy importante ver la fuerte unión que existe en una familia, como es en este caso, abuela, madre e hija.

Se mezclan los sentimientos y emociones tan frágiles de nuestra particular protagonista en una sociedad tan mecánica y fría y nos invita a reflexionar sobre nuestra sociedad materialista y a a pensar que las cosas que suceden(sean buenas o malas) pasan por algo.

Al leer la sinopsis no esperaba un libro como el que me he encontrado. Se me ha hecho muy largo y tedioso de leer y cada vez que empezaba a encontrarle sentido o gusto a lo que leía aparecía un cambio que me volvía a llevar a la sensación del punto de partida, aburrimiento, lentitud y cansancio. La verdad es que para ser un libro no demasiado largo me ha costado muchísimo terminarlo y para colmo el final no ha sido para nada de mi agrado. Para mi no ha tenido ningún sentido lo que ha ocurrido al final, la única excusa medianamente válida para ese final es el dejar abierta la puerta a una posible segunda parte.

La historia del libro gira en torno a Ángela, una escritora que ha dejado medio aparcada su vida para poder compaginar por un lado los talleres de escritura que imparte, y por otro lado, las visitas al hospital donde está su madre ingresada, en paliativos. Durante la primera mitad del libro la protagonista nos habla de su madre, de su relación con ella y de cómo está viviendo el que ella se apague, como se siente entre la espada y la pared por desear que su madre se quede con ella pero no querer que se alargue más la agonía y la espera. Para Ángela, lo único que hace que su mundo siga girando son sus alumnos del taller de escritura, ellos la divierten y consiguen que despeje su mente, hasta que llegado el momento, el curso acaba y la vida de su madre expira.

Una vez en este punto Ángela decide descubrir qué quiere hacer en la vida, y cargada con unas pocas pertenencias, y la urna de su madre, se dispone a hacer un viaje en el que poder despedirse de ella y retomar su vida, o almenos intentar coger de nuevo las riendas de su propio camino y encontrar su lugar en el mundo. Y ya puestos, intentar localizar a Nina y darle las malas noticias.

¿Lo conseguirá? ¿cumplirá los objetivos propuestos? Yo creo que hasta ahí es donde puedo leer...

Digamos que el libro va dividido en tres partes, la primera Ángela y su madre, la segunda Ángela y su pena y la Última.... Ángela. En mi opinión esta tercera parte es la que más me molesta, simplemente no me gusta. No me gusta el tiempo que discurre, no me gusta la idea en general, no me gusta el camino que toma la historia, no me gusta el modo de cerrarla o no cerrarla.. en definitiva, no lo puedo digerir.

Me esperaba una cosa de esta novela y me encontré otra. No había leído nada de la autora anteriormente y no conocía su forma de escribir pero una vez la he conocido en este libro, es fría, directa y dura. He de reconocer que al principio no me enganchaba la obra y que no conseguía empatizar con la historia, ni conseguir meterme en el hilo de la historia, pero llegó un punto (cerca del final) donde ya fue un no parar.

Considero que es un libro de personajes. Constantemente se centra en la actitud de Angela (nuestra protagonista) y el porqué de cada acto y decisión que toma. También podemos conocer a todas las personas que rodean a la protagonista y forman parte de su circulo con una detallada información sobre sus vidas.

No ha sido exactamente mi libro favorito y no creo volver a leer nada de la autora, pero reconozco que es un libro que puede gustar a muchas personas y que puede hacer que tengas un cambio de visión respecto al mundo materialista en el que vivimos.

Cualquiera que haya vivido la situación de cuidar y despedir a un ser querido, se identifica de inmediato con el sentir de Ángela. La apatía que le lleva a vagar por el Corte Inglés o ver programas absurdos en la televisión. La ayuda que le brinda poder escapar en su trabajo de su realidad, las clases de literatura. El relato sin dramas, refleja ese día a día de temores y sobresaltos.
Son exquisitas por normales, las conversaciones con su madre. En la vida real, no suelen abundar los grandes discursos de despedida de las películas.
Al morir su madre, emprende un viaje. Está muy sola, y vaga hasta que llega a un destino en el que todo aún se vuelve más insoportable. Necesita olvidar.
En un punto en que cualquiera empezaría a acudir a psicólogos o tomar antidepresivos, ella cuenta con la presencia de Banana. Una suerte que da al lector la capacidad de soñar, y de encontrar una salida.
Y llega el final, sensual, alegre, distendido. La vuelta a la vida.
Sólo puedo recomendar este libro. Quizás me hubiera gustado que fuese más extenso.

He de reconocer que al principio no "le pillaba el punto' al libro, no me dejaba con ganas de seguir leyendo y no soportaba a quienes aparecían en él, pero llegó un momento donde ya fue un no parar.

Inés escribe bien, escribe bonito, escribe duro, escribe realidades, porque eso es lo que nos vamos a encontrar en El juego de Banana, la vida misma, con sus alturas y bajones como en en una atracción de feria. Y eso fue lo que más me gusto, el poder sentir tantas cosas en un una historia en la que realmente no me sentía identificada, pero a la misma vez me sentía en ella. Difícil ¿No?

Recomiendo mucho este libro, porque trata de tantos temas tan necesarios y de una forma tan "natural" que es imposible no disfrutar con él.