He de reconocer que al principio no "le pillaba el punto' al libro, no me dejaba con ganas de seguir leyendo y no soportaba a quienes aparecían en él, pero llegó un momento donde ya fue un no parar. Inés escribe bien, escribe bonito, escribe duro, escribe realidades, porque eso es lo que nos vamos a encontrar en El juego de Banana, la vida misma, con sus alturas y bajones como en en una atracción de feria. Y eso fue lo que más me gusto, el poder sentir tantas cosas en un una historia en la que realmente no me sentía identificada, pero a la misma vez me sentía en ella. Difícil ¿No? Recomiendo mucho este libro, porque trata de tantos temas tan necesarios y de una forma tan "natural" que es imposible no disfrutar con él. |