No sé cómo imaginaba eso de hacer el bien, pero no esperaba algo así.No hay ninguna magia ni iluminación divina. Es tan difícil como hacer el mal. Estoy igual de cansada, igual de asustada, igual de desilucionada, igual de desecha. Pensé que hacer la obra de Dios me traería alguna suerte de unción, de comunión con el Espíritu Santo, cierta paz. Pero no es así.
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