Todos mis futuros son contigo

Solo salen bien unas historias, aquellas en las que se aprende a mirar de esta forma: los dos a la vez y en una misma dirección.

Si algo he aprendido es que se puede huir de todo menos de lo que se pierde.

La miré y supe que sería inalcanzable. Aun así tenía que intentarlo. Me acerqué a ella. Le dije una sola frase: sé que mi próxima cicatriz llevará tu nombre.

Me dicen que es de tontos tropezar tres veces en la misma piedra, pero es que tú eras una piedra sobre la que merecía la pena caer, resbalarse, hacerse herida.

El amor es muchas cosas, también un modo de encontrar respuestas.

Hay amores que es mejor terminarlos antes de que acaben contigo.

Amar sin ser correspondido es parecido a sacar al corazón a pasear por un campo de tiro.

Lo más difícil es conseguir que se vaya del todo todo aquello que ya se fue.

Que un cambio sea para mejor no quiere decir que no duela.

Se enamoraron nada más mirarse.
Él venia dolido de otro cuerpo.
Ella creía saber cómo domarlo.
Él resolvió ser distante para gustarle.
Ella que debía ser él quien diera el primer paso.
Ambos esperaron a que fuera el otro quien hablara.
Y así fue el amor más bonito de la historia que jamás tuvo lugar.