La tinaja

«La tinaja» de Pirandello es un divertido relato bastante chusco. Un hacendado compra una enorme tinaja para almacenar aceite. La encuentra rajada y encarga al tío Dimas que la repare con una resina que sólo el conoce. al no fiarse de la resina milagrosa, le exige que también la cosiera con puntos. El tío Dimas no quiere coserla y lo hace a regañadientes, pero al hacerlo desde dentro se queda encerrado en la tinaja de tal manera que para sacarle habría que romperla. El hacendado, que es muy aficionado a los pleitos y a los abogados consulta con el suyo y le exige al tío Dimas que si quiere que lo saque de la tinaja debe pagársela. Éste se niega y le dice que prefiere quedarse a vivir dentro de ella. Esa noche arma una gresca enorme con los campesinos que saben lo que ha pasado, y, enfadado, el hacendado se despierta y da una patada a la tinaja que sale rodando y se estampa contra un árbol. Así el pleito lo gana el tío Dimas. Está excelentemente contado, de la mejor manera posible.