Lenguaje del cine

El nacimiento del cine de arte data del día en que los realizadores tuvieron la idea de desplazar el tomavistas durante una misma escena.

La historia de la técnica cinematográfica puede ser considerada en su totalidad como la historia de la liberación de la cámara.

El cine, entonces, es intensidad, intimidad y ubicuidad. Intensidad porque la imagen fílmica es hechizante, hechizadora.

La imagen cinematográfica es una realidad estética con valor afectivo, de ahí que la función creadora de la cámara tenga que ser fundamental. El cine nos da de la realidad una imagen artística, nos la sublima de manera ya reconstruida, ya sea sensual o intelectualmente.

La imagen fílmica provoca en el espectador un sentimiento de realidad. Es una representación unívoca, gracias a su realismo instintivo, con el cual sólo ella capta aspectos precisos de la realidad determinados, únicos en el espacio y en el tiempo.

La imagen también es una imagen realista que tiene por soportes las dos cualidades que son el movimiento y el sonido, el color y el releve.

La imagen crea una realidad material con valor altamente figurativo.

La imagen es el elemento básico del lenguaje cinematográfico. A la interacción entre el aparato técnico reproductor y el realizador, le sigue una imagen obtenida que se sitúa a la vez en varios niveles de la realidad.

No son las imágenes las que hacen un filme, sino el alma de las imágenes.

Esta ambigüedad de la relación entre lo real objetivo y su imagen fílmica es una de las características fundamentales de la expresión cinematográfica y determina en gran parte la relación entre el espectador con la película, relación que va desde la creencia ingenua en la realidad de lo real representado, hasta la percepción intuitiva o intelectual de los signos implícitos como elementos de un lenguaje.