Progenie

Cavila sobre esa parte del mundo actual a la que nunca había prestado atención. Un mundo en el que se les ha vendido a las mujeres una falsa igualdad acompañada de libertad para trabajar como los hombres, pero que implica algo que no les cuentan: si quieren ascender en el escalafón como ellos, no se pueden distraer. Y ser madre es una distracción imperdonable.

“Las buenas mentiras se arman con amasijos de verdades”

Un thriller interesante donde los capitulos son cortos y nunca quieres parar, uno más y uno más y así sin parar.
La historia te engancha bastante donde se habla de temas de gran importancia en la sociedad.

A mi me ha gustado muchísimo y cn ganas de leer el próximo es la primera vez que leo a la autora y me gusta a sin que cada libro que saque estarán en mi Estantería.

Con el tiempo lo imprescindible se suele rodear de lo innecesario.

El camarero sirve con desgana las tres tazas en la mesa. Cortado, manchado y capuchino, o lo que es lo mismo: tres putos cafés con leche. Le tocan las narices esas tonterías.
¿Qué más da un poco más o menos de leche? ¿De verdad es tan importante?
_¿El cortado? _pregunta Camino.
_Este_le señala uno al azar y se va con la bandeja vacía de vuelta a la barra.

Los prejuicios están fundamentados en la experiencia. Los toma el cerebro para categorizar lo que le rodea basándose en una muestra amplia. Si existen, es por algo.

La ciencia ha llegado a un punto en el que está al alcance de la mano humana jugar a ser un dios.

¿cómo distinguir la voluntad propia y real de aquella que te inoculan desde que naces?

El pasado siempre nos persigue.

Ser madre no es una obligación ni un destino.