La sangre del vampiro

Maravilla. Eso me he encontrado en esta original y curiosa novela que supuso la entrada en escena de la editorial @beetruvian; y es que La sangre del vampiro, como su título bien indica, es una novela de vampiros, vampiresas en este caso, pero para nada una novela al uso.
 
Ambientada en un pequeño hotel costero belga y en la ciudad de Londres, en un contexto casi costumbrista donde conocemos a la alta sociedad inglesa, Harriet Brandt, acaba de llegar de Jamaica tras una vida insulsa recluida en un internado. El descubrimiento de la vida, la alegría y la gente, vendrá de la mano turbios acontecimientos que desestabilizarán todo su entorno.

Tras una premisa bastante convencional, la originalidad de esta novela estriba en que la vampiresa de nuestra historia no es diabólica ni perversa, si no que rezuma dulzura e inocencia. No ataca a sus víctimas y los vacía de sangre, Harriet se alimenta de la fuerza vital, arranca la vida poco a poco sin ni siquiera ser consciente a veces de ello. ¿A qué tipo de vida desesperada estás abocado siendo culpable del daño que haces a tus seres más queridos? ¿El ostracismo total? ¿La absoluta soledad? ¿La vida sin vida?
 
Publicada el mismo año que el Drácula de Stoker y además por una mano femenina, La sangre del vampiro estuvo desde el principio condenada al olvido. Una historia con una narrativa excepcional, con tintes góticos y victorianos y una trama bien hilada que acompaña al lector de forma sosegada, incluso agradable. Sobresaliente también, la intensa crítica social a la superficialidad de la sociedad inglesa del momento que deja caer entre líneas.
 
Una novela recomendadísima para los amantes del género, pero también para los que sean un poco aprensivos, su terror estriba en los sentimientos que provoca, no esperéis grandes sustos ni pasar un mal rato, pero sí contad con una sensación de desasosiego y pesar que os seguirá acompañando tras cerrar sus páginas. al final, el mayor terror no tiene la forma de ningún monstruo, si no la de la soledad y tristeza más absoluta.
 
Extrapolando un poco esta historia, podemos incluso hacerla muy actual, ¿quién no conoce a algún vampiro o vampiresa de esta índole? #Haberlashailas.

Cuando llegó a mis manos “La sangre del vampiro”, de Florence Marryat, tuve sentimientos encontrados: alegría porque se recupere la memoria de grandes autoras injustamente olvidadas y tristeza porque no se les haya dado el reconocimiento que merecían en vida.

La obra de Marryat, publicada el mismo año que “Drácula”, de Bram Stoker (1897), fue eclipsada por este último, y habría que plantearse si esto fue fruto de su calidad literaria (que no creo), de que uno fuera escrito por un hombre y otro por una mujer (más que probable) o de que tratasen la misma temática (parecidos pero no iguales).

Fuera como fuere, el caso es que nos encontramos ante una novela de gran calidad que trata un tema de lo mas conocido pero desde una perspectiva muy diferente y, para mí, mucho más interesante.

Una historia de vampiros que no tiene nada que ver con esos seres chupasangre que todos conocemos, pues esta historia va más allá. Una historia cargada de reflexiones y psicología, que obliga a empatizar, en la que no existe ni el bien ni el mal sino las circunstancias, y que, si hubiera tenido la fama que merecía, hubiera sido toda una revolución por lo moderno, liberador y motivador que es, especialmente para las mujeres.

Me ha sorprendido mucho esta historia por inesperada, pues iba buscando la estela del típico vampiro y lo que he encontrado no tiene nada que ver, por mejor y más original, por tener más sentido y más carga emocional, y por su intento de romper barreras y hacer frente a toda una sociedad.

Una historia que comienza de forma pausada, con poca acción, más bien lenta… pero que va creciendo en intensidad para culminar de la mejor forma posible, no tanto por lo que sucede al final sino por lo que transmite y lo que representa.

Una obra y una autora que espero, aunque tarde, sean colocadas en el lugar que merecen.

Qué sorpresa me he llevado con esta novela. Si bien no me ha resultado terrorífica (porque no lo es), La sangre del vampiro me ha fascinado por diversas razones.

La historia tiene un variopinto elenco de personajes, entre los que encontramos a Harriet Brandt, nuestra protagonista. Harriet es una joven criolla de origen jamaicano que visita Europa por primera vez. Durante la novela, vamos viendo cómo es Harriet, y cómo su personalidad choca con las expectativas y la moralidad de la época. Sobre ella se dicen muchas cosas, y la novela nos hace plantearnos diferentes cuestiones: ¿El pasado hace a una persona? ¿Deben los hijos cargar con los pecados de sus padres? ¿Está Harriet maldita realmente, o las cosas ocurren porque deben ocurrir? Este ha sido uno de mis aspectos favoritos de la novela, ya quee ha hecho pensar y plantearme muchas cosas.

Harriet me ha parecido un personaje maravilloso; es la inocencia hecha persona, y hubo momentos en la novela en los que me habría gustado darle un colacao y una mantita, porque la muchacha sufría muchos desplantes. Es un personaje en el que Florence Marryat vuelca cuestiones que concernían a la mujer en su época, pero que siguen siendo importantes también en la nuestra.

Todo el mundo parece sentir una atracción irrefrenable hacia la misteriosa Harriet Brandt, una joven recién llegada de Jamaica que busca hacerse un hueco en la sociedad inglesa. Desde luego no es como el resto de señoritas de su clase: desconoce el decoro social y las costumbres, su hermosa voz y sus grandes ojos parecen cautivar a cualquiera, pero al mismo tiempo parece inocente y vulnerable. Sin embargo, pronto nos damos cuenta de que hay algo extraño en ella y, a medida que avanza el libro, un rastro de enfermedad y muerte parece seguir sus pasos. ¿Podría ser todo sólo una desafortunada coincidencia? ¿Es Harriet tan peligrosa como se comenta? ¿O es una marginada, una víctima de prejuicios y tan solo tiene hambre de amistad y amor?

Lo cierto es que la protagonista de #LaSangreDelVampiro, publicada originalmente en 1897, encarna muchos de los temores que rodeaban a las mujeres decimonónicas: es sensual, transgresora e independiente (económicamente hablando) y encarna a una “nueva mujer”. Además, proviene de las colonias y es mestiza.

Lo cierto es que esta novela de #FlorenceMarryat que la editorial @beetruvian ha rescatado quedó bastante eclipsada por “Drácula”, publicada ese mismo año. Aunque existen similitudes con el conde de Transilvania, la “vampira” de Marryat drena la fuerza vital de sus víctimas, en lugar de su sangre.

Esta novela, que es una historia gótica envuelta en muerte y deseo, pero que esconde en realidad una trágica historia de amor victoriana, aborda muchos temas que atormentaban la imaginación de la época: los antecedentes familiares, el peligro que plantean las mujeres independientes, los temores al lesbianismo, las amenazas que plantea la sexualidad femenina, el espiritismo, la vivisección, la eugenesia, además del miedo al mestizaje y la herencia, todo ello concentrado aquí en la figura de la amenazante 'mujer vampiro'. Una lectura muy distinta a mis habituales pero que me ha tenido “sedienta” por conocer la verdad de su protagonista🩸.
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