Segunda entrega de la serie protagonizada por el comisario Yeruldelgger de lo que en principio iba a ser una trilogía, pero al parecer debido al éxito puede que hayan más entregas. Para mi con una más sería suficiente, el libro está entretenido pero poco más, no es una de mis sagas sobre literatura negra favoritas, demasiada fantasía mezclada con la dura realidad de un país de extremos que está haciéndose a si mismo. Hablo de Mongolia, escenario de las aventuras de nuestro comisario. El libro está entretenido como he comentado, en esta ocasión transcurre en el duro invierno mongol, protagonizado además por el dzud, un fenómeno atmosférico que endurece aún más el frió extremo de Mongolia. En esta entrega se cierran algunos hilos que quedaron abiertos en la anterior, pero ni la supera ni es peor, sigue en la linea, personajes no muy creíbles, o demasiado buenos o muy malos y una historia enrevesada, aunque eso si, con un suspense muy logrado. Los diálogos tampoco están muy elaborados y en ocasiones chirrían un poco. Lo mejor de todo, el exotismo de un país desconocido, si a la vez que lees buscas las imágenes de las localizaciones descritas con maps te metes totalmente en la historia y en la atmósfera de un país muy ajeno a nosotros. Hasta sientes el frío en los huesos. + Leer más |
'Yeruldelgger 3: La muerte nómada', disponible en nuestras librerías de Casa del Libro y en casadellibro.com: https://bit.ly/3lpgCPy.
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Los años de lucha contra el crimen y el dolor por la muerte de su hija Koshi han hecho mella en Yeruldelgger. Encerrado en un misticismo a ultranza, hace cuatro meses que el incorruptible comisario ha abandonado la policía de Ulán Bator y ha plantado su yurta en el desierto de Gobi, donde, gracias al silencio y la belleza del lugar, espera reencontrarse con las tradiciones ancestrales y recuperar la paz espiritual. Pero su retiro durará muy poco: contra su voluntad, dos jinetes extraños lo empujarán a la acción, y Yeruldelgger se verá envuelto así en un fuego cruzado entre mercenarios pagados por voraces compañías mineras, políticos inmorales, policías corruptos y jóvenes seguidores del juramento de Gengis Kan. Una maraña sangrienta en una Mongolia destripada por las excavadoras de las multinacionales, expoliada por las ansias de los especuladores y arruinada por la venalidad de sus dirigentes, y de la que Yeruldelgger, siempre fiel a sus ideales, no saldrá indemne.
Desde las áridas estepas mongolas hasta el corazón de Manhattan, y desde Canadá hasta Australia, Ian Manook insufla en el género policíaco un aire más negro y salvaje que nunca. Tras el éxito de las dos primeras entregas, con más de medio millón de lectores adictos a las hazañas del famoso comisario de Mongolia,Yeruldelgger.
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