Hay mentiras de las que tienen más culpa los oídos que la boca.
|
Hay mentiras de las que tienen más culpa los oídos que la boca.
|
¿Cuándo gastáis sin vergüenza ni medida para placer vuestro, sumas que hubieran saciado el hambre de mil pobres y devuelto la sonrisa a mil huérfanos?
|
Los días que siguen a una derrota ponen, a menudo, al desnudo la podredumbre de las almas.
|
Nuestro pueblo es despiadado con los soberanos que no lo son.
|
Nadie puede aprender un oficio sin lastimarse las manos o el bolsillo.
|
La riqueza no se mide por las cosas que se poseen sino por aquellas de las que sabemos prescindir.
|
Para vosotras las mujeres de Granada, la libertad es una solapada esclavitud, la esclavitud una sutil libertad.
|
No te deseo que tengas inteligencia, pues tendrás que ponerla al servicio de los poderosos; te deseo que tengas suerte, para que la gente inteligente esté a tu servicio.
|
Cuando la mente de los hombres te parezca estrecha, piensa que la tierra de Dios es ancha y anchos Sus manos y Su corazón. No vaciles nunca en alejarte allende todos los mares, allende todas las fronteras, todas las patrias, todas las creencias.
|
Le preguntaron un día a una beduina a cuál de sus hijos quería más. Ella contestó: al enfermo hasta que cure; al pequeño hasta que crezca; al viajero hasta que vuelva.
|
¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?