Vuelve el Camille que más me gusta, el buscador de la verdad, el borde, el profesional que ha dejado atrás la pena. Una novela corta,fuerte y decidida a contar lo que tiene que contar. Sin rodeos, directa. No le sobra nada, ni le falta tampoco. Me ha sorprendido mucho lo concentrado que está todo en apenas 170 páginas, pero merece la pena. Esta novela es la tercera entrega de la saga Verhoeven. Creo que es necesario leer los anteriores “Irene” y “Alex” para estar en el contexto y entender mejor al comandante aunque en esta historia son personajes diferentes y no hace mención al pasado. Se puede llegar a leer como autoconclusivo. Rosy y John sorprenden, sobre todo él, una personalidad compleja y alejada de estereotipos. ¿Podría haber sido una novela más larga? Sí, pero quizá eso le hubiera restado intensidad. Ya solo me queda ir directa a por “Camille”, el libro final de la saga. |