Oscura noche salvaje

Esa frase, esta situación, preocupada como estoy por la idea de oír un montón de halagos huecos, me haría respirar hondo para no soltar un comentario suspicaz, pero a pesar de ser un gran productor y director, Austin parece muy... real.

La serena distancia que existía entre nosotros está desapareciendo y presiento la explosión. El problema es que no sé qué forma va a tomar.

-Nunca se me han dado bien las relaciones. Quiero que se me den bien -me apresuré a añadir-, pero me da miedo.
-Lo sé -repite al tiempo que se inclina ara darme un beso en la sien. Desliza una de las manos por mi espalda hasta enterrar los dedos en el pelo de mi nuca-. Pero yo solo te deseo a ti. No me hace falta que sea fácil o perfecto. No me hace falta acelerar nada.

La viñeta muestra a la chica, y a su chico, con las manos llenas de arena, levantadas, mientras intentan contar las estrellas

—No quiero echarlo a perder —contesto—. Nuestra amistad es demasiado importante para mí. Y si... ¿Y si hacemos esto y todo cambia?
Oliver asiente con la cabeza, se inclina y pega su mejilla a la mía una vez más.
—No me queda más remedio que querer hacer esto, Lola, porque estoy enamorado de ti.
Sus palabras me derriten los pulmones y me quedo sin respiración otra vez. No hay palabra para describir lo que siento. Es el filo, duro y cortante, del éxtasis y del terror.