Todo oscuro, sin estrellas

Es complicado convencer a aquellas personas alejadas al terror para que lea a King. Tratar de mostrarles los múltiples matices que puede abordar cualquiera de sus textos, su capacidad para adentrarse en la esencia misma de los personajes o su compromiso con la visibilidad de aquella parte de la sociedad que habitualmente se suele mantener escondida. La figura de Stephen King ha quedado sepultada bajo los grades horrores que inundan sus novelas más conocidas que, afortunadamente, suponen una apuesta por la dignidad de un género que tanto amamos.
Leer al autor de El resplandor, Apocalipsis o Cementerio de animales es apostar por una manera diferente de acercarse a nuestros miedos, a esos que solo necesitan la penumbra para manifestarse. de hecho, las tres obras nombradas son tan solo muestras de novelas que van más allá de la presentación de hechos sobrenaturales. El alcoholismo, las relaciones sociales, el sentimiento de culpa, la responsabilidad, la necesidad de continuar adelante pese a las circunstancias adversas…King siempre ha tratado de hablarnos de todo aquello que le preocupa y concierne en sus textos, de ahí que adentrarse en cualquiera de sus obras es una invitación a descubrir ciertas verdades que resulta imposible esconderlas.
En Todo oscuro sin estrellas tenemos a un King dispuesto a sentarse con nosotros para plantearnos en sus relatos una realidad auténticamente terrorífica. Ya desde el propio título de la obra nos presenta un paisaje desde el que nos sentirnos indefensos. Y es que, a lo largo de las cuatro piezas que contiene esta obra, nos presenta una serie de angustiosos retratos en los que la penumbra atenaza a su protagonistas. Alejados de cualquier componente sobrenatural, aunque en algún que otro momento pueda parecer lo contrario, King se dedica a plantearnos las respuestas que atenazan a sus protagonistas frente a unos acontecimientos ante los que nadie se encuentra preparado para afrontarlos.
En 1922 un granjero tiene que aceptar la responsabilidad de unos actos cuya influencia destruye a su paso su vida y la de su hijo adolescente,que ve como su idea del mundo se resquebraja por sus remordimientos. En camionero grande su protagonista se enfrenta al dilema de enfrentarse a una terrible realidad que la destroza por dentro o negarla y seguir adelante, aun sabiendo que esa decisión produciría que se repitiese de nuevo aquello de lo que huye. Parecido lo que ocurre en Un buen matrimonio, en el que una esposa tendrá que lidiar con un problema que destruye por completo el ideal del sueño americano y que desmenuza los cimientos de su propia existencia. Alejados de estos, no tanto, nos encontramos en Una extensión justa una invitación a lidiar con nuestra realidad y la posibilidad de cambiarla, aun sabiendo las consecuencias de tus decisiones y la responsabilidad inherente a nuestros actos.
Cuatro relatos en los que King se adentra de lleno en la complejidad de las mentes de sus protagonistas, dejando al lector la posibilidad de juzgar los hechos que te están narrando, puesto que todas las decisiones a las que se tienen que enfrentar sus protagonistas tienen respuesta rápida cuando sus diatribas se plantean fuera de contexto. Pero la vida no es tan simple cuando es uno el que la está viviendo.
Así, King nos presenta cuatro relatos en los que se adentra en los terribles rincones que se puede uno encontrar en cualquier casa de nuestros alegres vecinos. Espacios protegidos cuya fachada esconde la desoladora penumbra en donde anidan las preguntas sin respuestas. Todos tendríamos claro como actuar frente a los horribles pesadillas a las que se enfrentan los personajes de estos relatos. Pero…¿qué harías tú en sus mismas circunstancias?
Aquellos que se quieran acercar a la obra de King tratando de esquivar a los monstruos, fantasmas, vampiros o criaturas de toda índole debería adentrarse en una obra tan compleja como esta Todo oscuro sin estrellas. Pero, si lo piensas bien, el horror del genio de Maine suele ser un mero entretenimiento que se diluye tras cerrar el libro, mientras que estas cuatro historias, tan alejadas de lo sobrenatural, son mucho más aterradoras por sentirse reales.