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Hace cinco años Jason, Luke, Mike y Rachel eran los mejores amigos. Desde que una pelota de beisbol los unió a los siete años, se volvieron inseparables. Empezaron como niños con sus juegos y su inocencia. Siguieron como adolescentes con las emociones a flor de piel y se separaron nada más entrar en la edad adulta en el momento en que Rachel huyó de la ciudad a causa de varios motivos que acabaron por desbordarla. Ahora ella ha vuelto a San Francisco, es escritora y vive junto con su gato Mantequilla en un piso de alquiler. O vivía, porque tras la muerte de su casero se ve de pronto con quince días para encontrar otro apartamento antes de verse en la calle con sus cosas. Así que, después de mirar varios pisos baratos que no le convencen, se atreve a entrar en una inmobiliaria que ya de por sí sabe que no se va a poder permitir. Lo que Rachel no esperaba es que uno de los directores de esa agencia sería Jason y que le iba a proponer irse a vivir con él y sus otros dos amigos a una impresionante casa en un barrio tranquilo y alejado de la ciudad. Y mucho menos que tras un secuestro gatuno y el reencuentro con su primer amor iba a acabar aceptando la oferta de Jason. Rachel se ve de pronto conviviendo con sus dos mejores amigos y el chico del que se enamoró y que le traicionó. Aún está dolida y no ha perdonado a Mike, pero al mismo tiempo no puede evitar que la mente se le nuble con todos los recuerdos que compartieron juntos. A partir de ahora cuando me pregunten en qué libro me gustaría vivir no dudaré ni un segundo en decir 33 razones para volver a verte. Pensadlo: Veintitrés años, independiente, escritora de novela romántica con bastante éxito y viviendo en una casa impresionante (con jardín y piscina) alejada del bullicio de la ciudad con tus tres mejores amigos de la infancia. ¿Se puede pedir algo más? Yo creo que no. Aunque es cierto que los acontecimientos que pasan hasta llegar a ese momento no me gustaría que me ocurrieran. Hacía muchísimo que no leía un libro New Adult y me ha encantado reencontrarme con este tipo de historias. A veces me da la sensación de que las novelas juveniles son un poco infantiles para mí y obviamente no me puedo identificar con una mujer de treinta años casada o divorciada como ocurre en las novelas de Romántica Adulta. Así que este libro ya tenía puntos de antemano. No conocía a Alice Kellen pero me ha encantado su forma de escribir. Es totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada con las novelas de Elísabet Benavent o cualquier otra que haya leído en los últimos tiempos. Su narración no es directa y sencilla, sino que, sin ser pedante, usa frases más profundas que te hacen pensar. Su manera de describir los sentimientos y las emociones me ha gustado mucho. Creo que podría definirla como limpia y real. Llegas a creer cada palabras que lees. Los cuatro personajes principales, con sus más y sus menos son un punto fuerte de la historia: Jason es la calma y sensatez personificada. Pese a que todos tienen la misma edad, da la sensación de que él tiene unos cuantos años más y sabe más de la vida. Es el que lima las asperezas del grupo y el que los mantiene a todos unidos. Estoy deseando saber cómo va a ser su historia, el cómo la autora va a hacer que un chico tan formal y sensato se abandone a los sentimientos. Sin haber leído aún el segundo libro creo que, si se lleva de la manera adecuada, puede convertirse en mi favorito. Rachel es un personaje con el que he empatizado en muchísimas ocasiones. No me he identificado con ella pero sí la he comprendido casi todo el tiempo. Es la única mujer del grupo de amigos. Ellos tres han sido sus únicos amigos desde siempre. En realidad se han convertido con el paso de los años en su familia. Son lo único que le queda. Bueno, ellos y su gato Mantequilla. A los dieciocho años le ocurrió algo que cambió su vida por completo y que la obligó a alejarse de San Francisco y de todos aquellos a los que alguna vez quiso. Ahora es una mujer diferente. Ha cambiado. La vida le ha hecho cambiar. En el fondo sigue siendo esa chica dulce, alocada y risueña que era pero está escondida bajo capas de desconfianza. Se ha vuelto más seria y formal, también más realista. Tiene un gran dilema y es que quiere olvidar el pasado por todo lo malo que ocurrió pero al mismo tiempo se aferra con fuerza a sus recuerdos y se niega a dejarlos marchar porque pasaron muchas cosas malas pero también otras muchas buenas, y gracias a su pasado es quién es ahora. En eso me he podido identificar con ella. Y luego tenemos a Mike que es lo contrario a Rachel. Siempre ha sido un chico muy fuerte emocionalmente hablando y muy leal a los suyos. Pero eso queda en la sombra con las tonterías que hace y dice, a veces a posta para esquivar un tema y otras veces porque le salen así en el momento. Es muy visceral y casi nunca piensa antes de actuar. Tiene una cosa que puede jugar a su favor o en su contra y es que siente de forma muy intensa (aunque no lo demuestre por fuera) tanto fraternalmente, como en amistad o en pareja. Desde que tiene memoria ha estado enamorado de su pecosa pero la cagó y dejó sola a Rachel en el momento que más le necesitaba. Nunca se lo ha perdonado. Y ahora vive con ella en una casa que, aunque es enorme, a él le parece pequeñísima con ella dentro. Y por último tenemos a Luke. A este personaje no lo he podido pillar muy bien porque realmente sale muy poco. Es un fiestero, eso está claro. de qué manera si no iba a casarse con un rubia desconocida durante un viaje a Las Vegas. Su sueño era ser jugador de fútbol profesional y estaba en camino de conseguirlo. Pero su carrera se vio truncada y ahora es entrenador de un grupo de adolescentes. de lo poco que he podido descubrir de él es que se parece muchísimo más a Mike que a Jason. Me he quedado con muchas ganas de saber algo más de él así que ya me he hecho con 23 otoños antes de ti y espero poder leerlo este verano. Si hablamos de los puntos negativos debo destacar unos cuantos: Lo primero, el famoso hago-digo tan contradictorio en los personajes, sobretodo en Mike y Rachel. Me confundían en más de una ocasión. También ha habido algunos capítulos que se me han hecho muy largos e innecesarios. Creo que lo que se cuenta ahí se podría haber explicado de otra manera más amena. Y por último, tampoco me han gustado los capítulos finales. Rachel actúa de una manera que ni entiendo ni comparto. Creo que ni ella misma sabía qué estaba haciendo. Después de todo lo ocurrido hasta llegar hasta ahí, esos capítulos finales sobraban completamente. En conclusión: 33 razones para volver a verte es un libro muy dulce, tierno y con mucho sentimiento. Una historia de amor y amistad totalmente adictiva. La narración de la autora es diferente a lo que estamos acostumbrados en el género romántico pero no por eso es mala. al igual que los personajes, tan dispares entre sí que se complementan perfectamente y llenan el libro de momentos divertidos y bonitos por igual. Hay algunas cosas que no me han terminado de convencer pero en general es una novela New Adult totalmente recomendada para os amantes del género. Enlace: http://unavidaentrepalabras... |
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