Mi hombre. Devoción

—Sin ti yo no existo.
No se lo digo para asustarla, ni para hacer que se sienta mal. No es chantaje emocional. Se lo digo porque es así.
—Sin ti soy polvo. Estoy vacío.

"Es la reina absoluto.
Es mi mundo.
Mi vida.
Mi día, mi noche, mi aire, agua y fuego.
¿Que haría sin ella?
Se me partiría el corazón y moriría de pena, lo sé.
Me convertiría en polvo.
No sería nada."

Es la reina absoluta. Es mi mundo. Mi vida. Mi día, mi noche, mi aire, agua y fuego. Joder, ¿qué haría sin ella? Se me partiría el corazón y moriría de pena, lo sé. Me convertiría en polvo. No sería nada.

Soy humano, soy padre, marido. Mi familia es mi mayor debilidad y mi mayor fuerza al mismo tiempo. Vivo y respiro por ellos y eso es algo que nunca cambiará. Hasta el día que muera ellos siempre serán lo más importante en mi vida.

Donde quiera y cuando quiera, siempre.

Me siento como si caminara contra un viento huracanado.

Que lo que está apunto de decirme no destruya mi mundo y por tanto me destruya a mí.

Su súplica es más que eso. Es un afrodisíaco como no hay otro igual.