Hay cosas para las que es mejor no prepararse. A veces hay que actuar impulsivamente.
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Hay cosas para las que es mejor no prepararse. A veces hay que actuar impulsivamente.
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Nunca pensó que enamorarse se pareciera tanto a una gripe.
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Nadie elogia a los que se echan atrás. Se da cuenta de que es fácil medir el tamaño del heroísmo, cuantificarlo en honores y medallas. Pero ¿cómo se mide el valor de los que renuncian?
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El atleta más fuerto no es el que llega antes a la meta. Ése es el más rápido. El más fuerte es el que cada vez que se cae se levanta. El que cuando siente el dolor en el costado no se para. El que cuando ve la meta muy lejos no abandona. Cuando ese corredor llega a la meta, aunqje llegue el último, es un ganador. A veces, aunque quieras, no está en tu mano ser el más rápido, porque tus piernas no son tan largas o tus pulmones son más estrechos. Pero siempre puedes elegir ser el más fuerte. Sólo depende de ti, de tu voluntad y de tu esfuerzo.
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Loa valientes no son los que no tienen miedo. Ésos son los temerarios, los que ignoran el riesgo y se ponen en peligro sin ser conscientes de las consecuencias. Alguien que no es consciente del peligro puede poner en riesgo a cualquiera que esté a su lado. Ése es el tipo de gente que no quiero en mi equipo. A quien necesito es a los que tiemblan pero no ceden, los que son conscientes de lo qke arriesgan y aun así siguen adelante.
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Cuando la gente es hacinada, marcada y sacrificada como animales, llegan a creer que son reses. Reír y llorar les recuerda que aún son personas.
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La primera lección que cualquier veterano da a un recién llegado es que uno siempre debe tener claro su objetivo: sobrevivir. Sobrevivir unas horas maa, y así acumular un día más, que sumano a otros podrá convertirse en una semana más. Y así sucesivamente: nunca hacer grandes planes, nunca tener grandes objetivos, sólo sobrevivir a cada momento. Vivir es un verbo que se conjuga en presente.
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La muerte se ha convertido en una industria que sólo es rentable si se trabaja al por mayor.
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En Auschwitz la vida humana vale menos que nada; tiene tan poco valor que ya ni siquiera se fusila a nadie porque una bala es más valiosa que un hombre.
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La vida retorna a su cauce cuando la gente se enfada por las cosas pequeñas.
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