En los Highlands escoceses se encuentra el castillo de Erchany, donde el viejo Guthrie vive prácticamente recluido, sin ver a casi nadie y comportándose de una manera cada vez más extraña. Y aunque Guthrie siempre ha tenido un comportamiento excéntrico, cada vez está yendo a más y eso genera miedo y malestar en el resto de personas que viven en el castillo. Hasta que un día, la muerte del viejo Guthrie cae como una sombra sobre Erchany. ¿Una tragedia inesperada, un accidente fatal o un acto predeterminado? Eso es lo que Noel Gylby y el agente Appleby se encargarán de averiguar. La historia comienza con una introducción que nos pone en contexto a los diferentes personajes y que sienta las bases de la ambientación. Ésta última es prácticamente un personaje más de la novela. Las descripciones detalladas y precisas que hace el autor de los paisajes de las Tierras Altas de Escocia es sublime, consiguiendo que sea fácil imaginárselos y haciendo la lectura mucho más inmersiva. La prosa del autor es lenta y pausada, pero no se hace pesada en ningún momento. La trama avanza a fuego lento, de manera sutil pero adictiva. Los personajes van apareciendo en escena poco a poco, aportando coherencia a la trama así como toques de humor que, sin duda, es lo que le da agilidad a la trama. Hablando de los personajes, éstos están muy bien construidos y definidos, dotados de profundidad y carácter, así como de luces y sombras. El autor nunca deja claras las intenciones de cada personaje, dotándolos de ambigüedad y haciendo que la trama sea un gran rompecabezas que va cogiendo forma según avanza la historia. En resumidas cuentas, estamos ante una obra adictiva a la par que profunda, con una prosa bella y sutil pero que no se hace pesada en ningún momento. Todo un deleite literario para aquellas personas amantes del misterio. + Leer más |