La narrativa de terror está plagada de historias en las que la fragilidad de las mentes se acompañan de pasajes devastadores. No deja de ser terrible el sentir como se resquebraja tu cabeza cuando dudas de todo aquello que ocurre a tu alrededor. En esos casos, te tienes que aferrar a la conciencia de que tus propios delirios, su identificación y su naturaleza perversa sean el único soporte que te pueda atar a la cordura. Laurel Hightower nos adentra en esos pasajes, presentándonos en esta Encrucijada una devastadora historia que duele desde sus primeras palabras. El sufrimiento que supone la muerte de un hijo lleva a una madre a intuir a su alrededor los ecos del recuerdo de una presencia que la mantiene atenazada desde entonces. Chris se levanta cada día con la esperanza de que su pesadilla terminará al caer la noche y repite una y otra vez todas aquellas actividades cotidianas que le acercan a los momentos de felicidad que compartía con su hijo fallecido. A veces lo consigue y lo siente cerca, lo percibe, incluso llega a oírle si se concentra en ello, pero sus sentimientos de culpa a raíz de su accidente le recuerdan que todo el dolor que la rodea sigue siendo real . Sin embargo, la vida continúa y Chris es consciente de que no se puede aferrar a un imposible. Como tal, intenta reiniciar una nueva vida sintiéndose mutilada, insegura, con la fragilidad de quien no quiere volver a sentir el sangrado constante de esa terrible herida. No quiere traicionar al recuerdo de quien lo fue todo para ella y por ello sigue a la espera de un susurro de esperanza que le devuelva, al menos durante un instante, a quien nunca se tuvo que haber marchado. de ahí que, en esta novela, nuestra protagonista se tenga que enfrentar a esa encrucijada en donde decidir cuál será el siguiente paso seguro en una calzada que siempre ha estado empedrada. Como en Susurros en la oscuridad, su anterior novela, las voces de quienes no están entre nosotros surgirán para guiarnos en la dirección correcta. El problema es que esas voces nos proponen sacrificios que puedan actuar como un altavoz que comunique el mundo de los vivos y el de aquellas entidades que desean acercarse a nosotros. Pero, si te fijas bien, estas voces siempre se muestran insatisfechas, están sedientas y necesitan un poco más para saciar sus demandas. Encrucijada es una novela dura y terrible, llena de pasajes en donde el dolor abraza al lector ante la empatía que nos causa una mujer desesperada, dispuesta a ofrecerlo todo por recuperar lo que nunca tuvo que haber perdido. Las visión del abismo se adentra en cada página de esta historia en donde se nos plasma la delicadeza y fragilidad de aquellas personas que atraviesan ese cruce de caminos en donde optar por la depresión causada por la pérdida o el miedo al olvido. Dura, pero preciosa. + Leer más |