LOS MILAGROS DE NAMIYA

¿Se imaginan que haya un lugar en el que podamos depositar nuestras consultas e inquietudes y que al día siguiente obtengamos una respuesta? Pues eso es lo que ocurre en el buzón de consultas de la tienda Namiya, la gente deposita sus consultas y al día siguiente obtienen una respuesta de parte del señor Namiya, el dueño de la tienda. Esas respuestas a veces no son lo que la gente espera, incluso pueden llegar a generar malestar y descontento, pero es que el señor Namiya no les responde lo que quieren oír, sino lo que según su experiencia es la mejor opción para su problema.

Es a través de esta metodología y de tres jóvenes que deciden pasar la noche escondidos en la ya abandonada tienda Namiya, como iremos descubriendo las historias de distintas personas que han acudido al señor Namiya en busca de consejos. Historias duras y conmovedoras de gente que corroídos por la desesperanza y la incertidumbre acuden a la tienda en busca de un faro de luz que les ayude a dirigir sus vidas.

Los tres jóvenes que entran pasar la noche en la tienda se darán cuenta que el lugar no es un simple almacén abandonado. Pasado y presente convergen en el interior de la tienda y la experiencia que vivirán esa noche cambiará sus vidas para siempre, sobre todo cuando llegue el amanecer.

“Los milagros de Namiya” es una hermosa fábula contemporánea que nos habla de la importancia de tomar decisiones. de que no todo es blanco o negro, si no que está lleno de pequeños matices que pueden marcar la diferencia a la hora de decantarnos por una opción, y de que a veces necesitamos una ayuda externa para poder ver el problema desde otra perspectiva y conseguir así una visión más amplia.

Los personajes de esta novela aportan carisma, humanidad y empatía. Las historias que conoceremos y la evolución de los tres jóvenes que nombré anteriormente hacen de este libro toda una delicia que te atrapa hasta el final y que en más de una ocasión te conmoverá de la tristeza, pero también te hará sonreír y recordar que, aunque parezca imposible, siempre hay un rayo de esperanza en el horizonte.