Ferrer24 November 2023
Primero mírala con calma. Contempla sin rozarla su dureza. Imagínate el cuenco de tu mano cubierto por el peso de sus curvas, sus siglos en tu piel. Después tócala despacio. Hallarás suavidad en sus aristas y verás lo invisible con los dedos. Acércala por último a la boca. Retén la fuerza de tus dientes. Bésala. Y no dudes: cómela sin miedo. La piedra se habrá transformado en pan. |