Frankenstein

Frankenstein es una joven estudiante de medicina muy ambiciosa.
Se siente atraída y tiene un gran interés por la anatomía, la muerte y el principio de la vida. Eso la lleva a adentrarse en una serie de experimentos con cadáveres con los que dará vida a un ser monstruoso.
Al ver su obra finalizada siente tal horror que sale despavorida del laboratorio.
El ser, al sentirse rechazado no solo por su creadora, a la que llama madre, sino por todo el mundo, le invade tal odio que decide vengarse de ella por darle vida y hacerlo como es. Un ser repudiado, temido y no querido por nadie.

🔸Aquí nos encontramos ante una estupenda y original recreación del famoso clásico Frankenstein en formato cómic muy interesante.

🔸La autora ha hecho pequeños cambios a la historia pero manteniéndose muy fiel a la obra original. Mantiene su esencia y esos temas y reflexiones que se tocan en la obra original y de otros nuevos en esta nueva versión.

🔸Es una edición muy chula y cuidada.

🔸Las ilustraciones a color van muy de acorde con la historia. Ha sabido plasmar una ambientación oscura, tétrica y gótica perfecta.

🔸Si te gusta este gran clásico, con una vuelta de tuerca y la novela gráfica, este libro puede ser una buena elección.

Una buena manera de adentrarse en la obra de Mary Shelley "Frankenstein" de una manera más amena. Para mí gusto reducir la novela a un cómic es perder parte de la esencia de la historia y sigo quedándome con el texto original, tampoco he entendido el cambio de género del protagonista. Convertir a él doctor Frankenstein en mujer podría haberle puesto una perspectiva de género interesante, pero no hay nada novedoso y no aporta nada interesante en la trama que justifique el cambio. Ni un pero a las ilustraciones que han reflejando muy bien la inquietud que rezuma en todo momento en la historia.

Lo que hace Sandra Hernández es realmente hermoso: coger una historia con más de 100 años y contarla, de manera fiel pero novedosa, con cuidado y detalles que traspasan las palabras y se evocan en bellísimas ilustraciones.

La novela gráfica eleva la experiencia de sumergirse en una historia de una manera realmente conmovedora.

Leí Frankenstein cuando tenía 15 o 16 años y recuerdo el impacto, cómo me atravesó la historia y aquello oculto entre líneas. Ahora, he tenido la oportunidad de disfrutar de forma distinta. Las adaptaciones lo son, precisamente, para que la obra original se preserve de diferente maneras. Creo que a Mary Shelley le hubiera gustado leer que su doctor también puede ser doctora y que el no reconocimiento de ser madre no borra al hijo, pero sí a la madre.
Creo realmente que hubiera amado ponerle rostro al monstruo que casi no se menciona como aberración sino como hijo, hijo, hijo. Y, como ya ocurrió en 1818, la historia de Frankenstein no deja de contar la historia de la humanidad: lo que ansiamos más que nada desde que llegamos a este mundo, es amor.

Para empezar, decir que Frankenstein es mi novela favorita. Para continuar, lo único que puedo rescatar y subrayar de esta nueva interpretación es el hecho de que la doctora Frankenstein pide perdón a su criatura. No una, sino dos veces. Algo que, entendemos, quedaría muy lejos del doctor... Y ya. Poco más que decir. El resto, regulero.