LEYENDAS DE LOS OTORI IV EL LAMENTO DE LA GARZA

Termino este mes de marzo con el cuarto libro de la Saga de los Otori, una secuela de la trilogía compuesta por la primera parte “El suelo del ruiseñor”, la segunda “Con la hierba de almohada” y tercera “El brillo de la luna”, una saga creada por esta injustamente olvidada autora, Lian Hearn, tan desconocida al menos en España tras el boom en 2002 con “El suelo del ruiseñor”.

Quince años después de la conquista de los Tres Países, se nos presentan todo un abanico de nuevos personajes y nuevas tretas, traiciones, amores y juegos de poder, con la introducción, en este libro, de los extranjerismos en este mar de tradición claramente de inspiración japonesa.

Es muy difícil reseñar esta secuela de la Saga de los Otori sin hacer spoiler: muy complicado. Sólo diré que esta novela, a nivel narrativo, ha estado completamente a la altura de las anteriores, realmente no pierde ritmo ni estilo. Las páginas pasan sin parar, una tras otra, y la aventura que concierne a esta familia es, salvando distancias con fantasías épicas de alto nivel, de lo mejor que he leído de este género. Y si además, añadimos el marco feudal japonés, maravilloso.

Con esta cuarta parte se cierra un ciclo y una etapa que inició en la primera.

Dicho esto, sólo decir que personalmente, el final ha sido bastante decepcionante. No lo acepto por muchos motivos: considero que no ha sido la forma adecuada de poner un punto y final a los personajes que nos han acompañado durante toda la historia. El cómo ha cerrado el destino de los mismos ha sido como un jarrón de agua fría. Aparte de haber dejado algunos personajes importantes prácticamente abandonados a su suerte, a otros les ha reservado un cierre de lo más irrespetuoso, por decirlo de alguna forma.

Es una lástima, pero es como si no hubiera finalizado la historia con el cariño que merece esta saga.

En definitiva, ¿recomiendo la saga de Leyendas de los Otori? Por supuesto, es completamente evocadora, mágica y envolvente. Bien escrita y entretenida, aunque el final sea algo flojo, lo importante es el discurrir de la historia.