Yo maté a Sherezade: Confesiones de una mujer árabe furiosa

Sería fácil pensar que el feminismo no existe en el mundo árabe, por no decir el mundo musulmán. El desconocimiento y los prejuicios nos llevan en ocasiones a asumir, de manera errónea, que no hay mujeres que en Medio Oriente levanten la voz y que cuestionen ciertos preceptos y sistemas de opresión. Hasta ahora, desconocía la obra de la escritora libanesa Haddad, quien en este texto de ensayos relata cómo la experiencia de su infancia la hizo desafiar las convenciones del entorno en el cual creció. Cabe destacar que la escritora nació en el seno de una familia católica y no musulmana, lo cual creo que puede implicar una diferencia interesante entre las cosas que se atrevió y pudo hacer, en contraste con una mujer libanesa musulmana. Y menciono esto porque, si bien me parece un texto interesante, en ocasiones me causaba algo de ruido los llamados de Haddad para la rebelión de la mujer ante la opresión (si pensamos, por ejemplo, en los sistemas de Afganistán o Irán). Si bien se entiende que Medio Oriente es una región compleja para las mujeres y no se puede generalizar, hay de sociedades a sociedades y no para todas las mujeres es fácil o seguro desafiar radicalmente el estatus quo.

En ese sentido, Haddad ha escrito y explorado el erotismo y la sensualidad en su poesía y en otros textos, siendo revolucionaria en el Líbano y en el mundo árabe. Asimismo, critica el cambio en la mentalidad de este mundo, señalando que hace siglos, la poesía árabe era extremadamente erótica al grado que sonrojaría a cualquier escritor occidental. Las cosas han cambiado y los líderes de estas sociedades han prohibido y querido borrar la corporalidad, y, sobre todo, de las mujeres, tachándolas de algo sucio. Por otra parte, Haddad también lanza una crítica contundente hacia las sociedades occidentales, en el sentido de que es igual de retrogrado querer esconder a la mujer detrás de un burka que la presión existente para tener un cuerpo y cara perfectas para ser consideradas bellas.

Finalmente, algo que me ha sorprendido de esta lectura, es el tono de enojo e ira. La misma autora reconoce (y de hecho, en el último ensayo y el que da título al libro, señala que detesta a Sherezada y la considera algo tonta) que siente mucha rabia ante el sistema político y social del mundo árabe y que gran parte de su vida se ha rebelado ante ello. Creo que me sorprende porque, por lo menos en el feminismo latinoamericano, no he percibido tanto esa rabia (y seguramente me falta mucho por leer, sin duda). Hay denuncia, hay coraje e impotencia y demandas, pero no en el grado de Haddad. Y digo que me sorprende porque hace unos años leí “Siempre han hablado por nosotras” de Najat El Hachim y noté el mismo tono. Y no es algo que sea malo o criticable, al contrario; creo que ilustra claramente que hay muchas corrientes de feminismo y que es difícil juzgar -por lo menos desde mi punto de vista- si hay uno mejor o peor, porque todo depende del contexto.

Tengo nulo conocimiento de la lucha feminista y creí que con la autora podría conocer un poco de este movimiento aunque fuera en otra parte del mundo, donde se reprime a la mujer sobremanera.

Durante casi todo el libro, Joumana, se la pasó glorificando sus logros y está bien, se reconoce, pero cansa. Podría mostrarse como una mujer revolucionaria pero le impide el hecho de que sus ideales son la única verdad.

Me causa conflicto el hecho de que siendo mujer menosprecie a otras mujeres, que las juzgue solo por seguir con la costumbres de vestimenta y que piense que solo por eso, son ignorantes o débiles o el comentario sobre los vellos en las axilas de las mujeres, muy nefasto. :|

Tiene sus buenos puntos, pero creo para conocer el feminismo debería recurrir a otras autoras.

Y pues no está demás mencionar, que como compañero, hijo y hermano, estoy con ustedes y apoyo su lucha.

Cuando empece a leer este libro, esperaba algo diferente y la verdad es que encontré algo sorprendentemente diferente.

La escritura de la autora es tan ligera y divertida que cuando empecé a leer no quise parar.

La forma en la que habla de su país y los retos a los que se enfrentan las mujeres en dicho lugar, te sumergen tanto que quieres saber más.

Aunque también es importante mencionar que llego un momento en el que me hizo sentir que la autora peco de ego, hablando cada que podía de sus logros.

No estoy muy empapada del tema del feminismo, por lo que no me siento con el poder de hablar del libro desde esta perspectiva, pero si puedo decir que me gustó. No esta en mi top ten, pero tampoco fue una desagradable experiencia.

La autora, no sólo trata de reivindicar la imagen de la mujer árabe, sino también habla de otros temas.
Yo veo a este libro muy interesante porque encontramos una especie de autobiografía de la autora, además de sus pensamientos, y la forma que rompe todos los estereotipos y los tabúes.
Habla de temas de los que nadie se atreve a hablar ante una sociedad cerrada  y llena de tabúes además con la imagen estereotipada de la mujer árabe. No sólo trata de cambiar la imagen de la mujer, si no también habla de otros temas como la opresión, el pensamiento machista y la forma en que juzgan cualquier cosa relacionada con los temas.

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