—Que soy incapaz de confiar en ti, y a la vez… —levantó la vista y sonrió a su pesar—, no puedo evitar pensar que mereces la pena.
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—Que soy incapaz de confiar en ti, y a la vez… —levantó la vista y sonrió a su pesar—, no puedo evitar pensar que mereces la pena.
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Con una sonrisa, recogió sus cosas, mientras recordaba el tacto y el olor de Cocó contra él. Procuró decirse que no era cierto lo que su cabeza le gritaba sin parar, pero era mayorcito y no deseaba engañarse. Cocó Ginger Smith, la mujer más inadecuada posible, en el momento más inadecuado, le gustaba. E incluso le caía bien. |
Agotado, se dejó caer en una silla y se dedicó a contemplarla durante unos instantes, tratando de ver qué había en ella de sus progenitores. Con una sonrisa, se dio cuenta de que Fred tenía mucha razón. Era imposible no verla y sentir… algo. Apartó la mirada, aunque no pudo evitar una sonrisa de burla hacia sí mismo al sentir que en apenas unas horas su vida, o al menos lo que él había llamado vida hasta ese momento, amenazaba con derrumbarse.
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El platillo llamado Duelos y Quebrantos (torta de huevos, jamón y chorizo) aparece en: