La emperatriz Romanov

Tercera novela que leo de C.W. Gortner, que sin ser un autor que adore me gusta mucho. El primer libro que leí escrito por él sobre la reina Juana de Castilla me gusto bastante, lo que no puedo decir de la segunda novela de él que tuve entre mis manos “El secreto de los Tudor”. Debo reconocer que es un autor que cumple muy bien lo que se espera de él, yo creo que porque, a primera vista, no se espera mucho de su trabajo, pero que al final va un paso más allá de lo que promete: crear novelas históricas agradables y fáciles de leer, que enganchen al lector de lleno y le hagan transportarse al tiempo histórico sobre el que leen. Creo que si esta novela me ha gustado tanto es porque desde el principio el autor deja claro que es ficción histórica, que no pretende narrar con realismo exacto como fueron las cosas, solo crear una novela histórica con diálogos que pudieron o no darse.

En “La emperatriz Romanov” logra todo esto en un grado altísimo. A mi personalmente me ha gustado mucho, me he enganchado mucho a esta lectura y no he parado hasta terminar con esta crónica sobre el auge y caída del imperio ruso y la dinastía Romanov desde la perspectiva de la Zarina Maria Feodorovna, esposa y madre de los dos últimos zares rusos y testigo de excepción de una época convulsa de cambios. Gortner no podía haber escogido mejor protagonista para su obra, ya que Minnie (como era conocida entre sus íntimos) es, hoy por hoy, una desconocida para el gran público, opacada por la tragedia de su hijo, Nicolas II, y su familia, y por todo lo que supuso la revolución rusa. Pero en su momento fue una figura muy conocida y respetada, que tuvo una biografía muy intensa y agridulce en la que vivió tanto lo mejor como lo peor que una persona puede conocer en su vida, y no es una exageración. Y el autor lo representa muy bien en su obra.

Sin duda el punto fuerte del libro es su prosa que, sin ser una maravilla, cumple muy bien su rol y es lo que la novela precisa, ser amena, dinámica y fluida, ya que hablamos de una obra muy amplia (tiene poco más de 600 páginas) y que abarca muchos años en los que pasan muchos sucesos y aparecen muchos personajes, por lo que es necesario que se escriba de una manera que atrape y facilite las cosas al lector. Los diálogos son también muy ágiles y realistas, aportan muchos datos al lector y hacen que la trama avance. Se nota que detrás de esta novela hay un gran trabajo de documentación, ya que la ambientación de los escenarios, como se dieron los conflictos sociales y políticos que marcan lo que se narra, y la caracterización de los personajes reales e históricos esta muy conseguida. Uno se siente transportado desde el esplendor y lujo de la San Petersburgo Zarista hasta la llegada del comunismo a Rusia y la caída y destrucción de ese mundo, pasando por la época de guerras y estrecheces. Se nota mucho lo que explica al final el autor sobre como le interesaba desde niño el mundo de los Romanov y su vida de lujos y esplendor, y el triste destino de la última familia real rusa. Y es que el autor vira más hacia esa vertiente romántica y trágica de la historia ( y que no deja de ser la que realmente interesa al público, para que mentir) que hacia lo meramente político, otro punto a favor que aporta agilidad a la obra, ya que la política rusa y europea de esa época es muy compleja, y tratar de desarrollarla y explicarla podría haber sido un lastre para la lectura.

Los personajes históricos, como ya he dicho antes, están muy bien caracterizados y resultan muy realistas y matizados. Pero por supuesto la palma se la lleva Maria, la protagonista y narradora de la novela. Gortner logra crear un excelente personaje, muy cercano a lo que sabemos sobre la autentica emperatriz rusa, y que resulta un carácter complejo y realista. Por un lado nos encontramos con una mujer con una gran visión política y que realmente quería ayudar a su pueblo ruso, y que además era un carácter muy inteligente y fuerte, ya sea en las buenas y en las malas. Y por otro está una mujer muy orgullosa, que siendo consciente de las estrecheces que pasan la inmensa mayoría de sus súbditos, no quiere renunciar a una vida de lujos y esplendor, y que además trata de manipular y controlar en todos los aspectos a todas las personas a su alrededor y todo lo que sucede en su entorno. Y sobre todo se incide mucho en cómo fue incapaz de superar la manía (no hay otra forma de describirlo) que tuvo hacia su nuera, Alejandra, y como eso afecto a su familia y contribuyo a romperla internamente. Es cierto que la última zarina tuvo un carácter muy difícil y no contribuyo a mejorar o facilitar las cosas, pero la parcialidad de Minnie, si bien da mucha autenticidad a la obra y al personaje y es real que fue así, puede llegar a resultar descorazonadora, en cuanto a que ella es incapaz de verla y todos los demás si que la perciben, y se nota como solo sirve para complicarlo todo. Uno más de los grandes dramas de esta mujer.

Si tuviera que ponerle dos “peros” a esta novela serían: por un lado, que creo que los tiempos no están bien llevados, que las cosas pasan muy rápido sin que el autor incida en qué momento histórico o en qué año sucede, por lo que a veces, cuando te quieres dar cuenta, en pocas páginas has hecho un salto de varios años sin que se haya dejado constancia de eso. Y por otro, que, como ya he dicho antes, que el escritor se centra demasiado en la visión romántica que muchos tenemos sobre los Romanov, dejando un poco arrinconado el hecho de que Nicolas II fue un zar nefasto, incapaz de gobernar un país gigantesco, que cometió muchísimo y garrafales errores, y que muchas veces actuó como un puro y auténtico autócrata, ya que pensaba que su gobierno estaba sancionado por Dios y eso debía hacerle inmune a la criticas. Si que se explica esto en esta obra, por supuesto, y se demuestra que muchas de las personas a su alrededor compartían esta creencia. pero siento que eso queda opacado por su final y su personalidad amable, una visión que predomina en demasiadas obras y novelas sobre el tema.