Apegos feroces

Una de las dos va a morir a causa de este apego

"De pronto, me siento desgraciada. Sumamente desgraciada. Una oleada de derrota me atraviesa. Me siento desolada, sin dirección ni objetivo en la vida, todos mis afanes diarios son confusos e insignificantes"

Era una muestra de juventud e ignorancia que nos tragásemos enteras aquellas respuestas estereotipadas a las palabras marido y mujer.

Las reglas estaban puestas, y ninguna decepcionaba a la otra. Cada una picaba constantemente en el cebo que la otra le ponía delante.

Lo que digo es que hoy en día el amor hay que ganárselo, incluso entre madres e hijos.

Os estáis haciendo viejos los dos –contestó–. Tú y tus temores.

Mi dolor es tan grande que no me atrevo a sentirlo.

Nuestros mejores momentos juntas son cuando hablamos del pasado. Yo le digo: "Mamá, ¿te acuerdas de la señora Kornfeld? Cuéntame esa historia otra vez", y ella se recrea contándomela de nuevo. (Lo único que odia es el presente; en cuanto el presente se hace pasado, comienza a amarlo inmediatamente). Cada vez que cuenta la historia, es la misma y también es completamente distinta, porque cada vez que la oigo soy más mayor y se me ocurren preguntas que no le hice la última vez.

–Mamá, si fuese ahora y papá te dijese que no trabajases, ¿qué harías?
Se me queda mirando un buen rato. Tiene ochenta años. Sus ojos están apagados, su pelo es blanco, su cuerpo es frágil. Toma un sorbo de té, deja la taza y dice tranquilamente:
–Le diría que se fuese a la mierda.

📌"A estas alturas ,no soy un personaje de un relato de Doris Lessing,soy un relato de Doris Lessing"