Me ha gustado y eso que el Inspector Méndez me estaba disgustando cada vez más, pero aquí se ha redimido, ha vuelto a ser un policía de verdad de los de husmear pero sabiendo tratar un caso. Todo comienza con la aparición del cadáver de una niña disminuida psíquica y esto hace que Méndez salga de su zona de confort y aparezca por Madrid y hasta por Egipto. Cinismo, caspa y vuelta de todo están como siempre presentes en la aventura, pero hay algo más, el caso es casi una cosa personal para Méndez. |