Las locas aventuras de Nerea

A Elena la leí por primera vez en 2019 y le guardo cariño pues su libro me acompañó en un viaje muy especial para mí. A finales del año pasado volvió a contactar conmigo para hablarme de su nueva publicación y tras leer la sinopsis no pude resistirme a leerlo, pues parecía una historia de esas que no puedes parar de leer y así ha sido, si no fuera por el poco tiempo y las mil lecturas que llevo a la vez, lo habría podido leer de una sentada perfectamente.

El paquete de condones que Adriana guarda en el bolso es la prueba de que ella en ningún momento vio venir que su mejor amiga Nerea diera media vuelta y abandonara la iglesia arrastrándola a ella consigo y dejando al novio plantado en el altar.
Adriana decide armarse de paciencia, algo que va a necesitar a carretadas, para no retorcerle el pescuezo a su mejor amiga quien, arrastrando la cola del vestido de novia que le ha costado 5000 euros, está decidida a cruzar Madrid para visitar a una pitonisa más que cuestionable y así encontrarse consigo misma.

Me apeteció mucho el libro porque tuve claro desde el principio que el personaje de Nerea me iba a regalar varios momentos de reírme a carcajadas, pero es que mis predicciones se quedaron cortas. Aunque las peripecias nos las va contando Adriana en primera persona, está claro que Nerea es la gran protagonista.
Nerea es un personaje muy especial, pues son varias las veces que te quedas pensando si realmente es así de inocente o si se está haciendo la tonta para salirse con la suya; llega incluso a rozar lo absurdo, pero aún y así, bajo mi punto de vista Elena ha conseguido darle coherencia. A lo largo de todo el libro actúa igual, ella tiene un claro objetivo, que es encontrarse a si misma y no tontamente, pues estaba a punto de dar un paso muy importante en su vida sin tenerlo nada claro.
En cuanto al personaje de Adriana, está claro que haría cualquier cosa por su mejor amiga, incluso dejar de lado sus propios deseos para ponerla a ella delante, algo que Alberto, personaje que se une a las peripecias de las amigas desde casi el principio de la historia, no termina de entender, ni nosotros tampoco pues desde el primer momento tenemos la sensación de que Nerea se está aprovechando de Adri (y fundiéndole los ahorros), pero poco a poco Adriana se va abriendo un poco más y Nerea parece asomarse fuera de la burbuja en la que parece haberse encerrado con sus propias cavilaciones y nos ayudan a entender finalmente la verdadera naturaleza de su amistad, consiguiendo encogerme el corazón, porque todos querríamos tener una amistad tan pura, tan bonita e incondicional, en la que la otra persona daría un paso atrás para ponerte a ti por delante sin rechistar.

La historia es cortita y no os hacéis una idea de lo que llegué a reírme con la pitonisa Lola; las paranoias de Nerea con el crimen organizado o las de Adriana en cierta conversación de whatsapp y con cierto personaje al que empieza viendo como el doble de Mr. Bean y termina pareciéndole el nuevo capitán América.

Esta es la segunda historia que leo de la autora y ambas tienen puntos en común: son historias fáciles de leer que empiezan con el aire de comedia romántica para terminar incorporando tramas más serias con las que muchas nos podemos sentir identificadas de una u otra forma. No es un género al que me acerque muy a menudo en los últimos tiempos, pero tengo claro que quiero leer más libros de esta autora.
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