Lecciones de química

Había cosas que era mejor que se quedaran en el pasado, porque solo en el pasado tenían sentido.

Aunque Seisymedia nunca sería químico, era perro. Y como tal sabía reconocer cuándo un vínculo era permanente.

Lamentablemente, tanto sus padres como la Iglesia católica, coincidían en que también en ese aspecto había fracasado.

Los científicos damos por sentado que el error existe, razón por la cual aceptamos el fracaso.

Dios era muy amigo de cruces, y procuraba que todo el mundo cargara con una.

Había oído decir que era importante que te recordaran los fracasos cometidos, pero no comprendía porqué. Los fracasos, por su propia naturaleza, no acostumbraban a olvidarse.

Entre todas esas efervescencia, por ahí iban ellos, los únicos seres vivos sin vida.

-Cuando pierdan la confianza en sí mismas -dijo volviéndose de nuevo al público-, cuando sientan miedo, recuerden que la valentía es la raíz del cambio, y que los seres humanos estamos diseñados químicamente para el cambio.

Yo creo que la religión nos saca las castañas del fuego. Creo que nos enseña a pensar que en realidad no tenemos culpa de nada; que hay algo o alguien que tira de las cuerdas; que, al fin y al cabo, no tenemos la culpa de cómo son las cosas; que para mejorarlas basta con rezar.

La pasión que los unía se basaba en el respeto mutuo por sus respectivas capacidades.