El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre.
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El primer síntoma de la vejez es que uno empieza a parecerse a su padre.
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¿Por qué me conociste tan viejo? Le contesté con la verdad: La edad no es la que uno tiene sino la que uno siente. |
Entonces apagué la luz con el último aliento, entrelacé mis dedos con los suyos para llevármela de la mano, y conté las doce campanadas de las doce con mis doce lágrimas finales, hasta que empezaron a cantar los gallos, y enseguida las campanas de gloria, los cohetes de fiesta que celebraban el júbilo de haber sobrevivido sano y salvo a mis noventa años.
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...es un triunfo de la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales, pero que raras veces falle para las que de verdad nos interesan.
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Cuidado, sabio, en esta casa matan. Le contesté: Si es por amor no importa
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Recuerdo que yo estaba leyendo en la hamaca del corredor, y la vi por casualidad inclinada en el lavadero con una falda tan corta que dejaba al descubierto sus curvas suculentas. Presa de una fiebre irresistible se la levanté por detrás, le bajé las pantaletas hasta las rodillas y la embestí en reversa. Ay, señor, dijo ella, con un quejido lúgubre, eso no se hizo para entrar sino para salir. Un temblor profundo le estremeció el cuerpo, pero se mantuvo firme. Desde entonces tuve que aumentarle el sueldo con el cálculo de una monta al mes, siempre mientras lavaba la ropa y siempre en sentido contrario.
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¿Con qué frase empieza esta novela?