Los chicos del valle

Puede y digo puede, ya que me faltan algunos libros de Dilatando Mentes por leer, que “Los chicos del valle” sea la mejor novela hasta ahora editada por esta magnífica editorial, pero por mi parte sí me atrevo a deciros que es una de las mejores novelas que llevo leídas este año.

Estamos ante una novela de terror escalofriante e intensa que lleva a los lectores a un viaje desgarrador, a un orfanato católico en un remoto valle de Pensilvania a principios del siglo XX. La historia gira en torno a Peter Barlow, un huérfano que encuentra consuelo en su fe, libros y una relación de amistad por correspondencia con una niña llamada Grace. Bien, dejadme hacer un parón en mis palabras para deciros que el nombre de Peter en español es Pedro, y recordad la frase bíblica de Cristo: "Tú eres Pedro y sobre ti edificaré mi Iglesia”, al resto de huérfanos, nuestro autor les puso a todos nombres de apóstoles y de santos, pues es una historia donde el cristianismo es la fuerza inspiradora y la energía catalizadora de nuestros huérfanos.

El ambiente ya desafiante del orfanato toma un giro horrible cuando traen a un hombre, poseído por un demonio, dejándolo entrar, y en realidad se podría decir que la llegada del maligno fue accidental, no esperada. Pero ello desencadenará una reacción en cadena de eventos devastadores, llevando a la transformación de los niños en seres malévolos y violentos.

Philip Fracassi muestra su impresionante versatilidad como escritor, describiendo a la perfección aquella época, cómo se vivía en la más extrema pobreza en esos orfanatos perdidos en medio de la nada y cómo iban a parar a esos lugares lo peor de la sociedad. No es solo una historia de posesión, también nos narra historias mínimas, conmovedoras, sobre el crecimiento y el abuso emocional. La capacidad de este autor para equilibrar la seriedad y la disciplina en su escritura es encomiable. Sabe mostrar las emociones crudas de los personajes, convirtiendo esta lectura en atractiva e inquietante. Elabora una narrativa de ritmo rápido con personajes bien desarrollados y temas sólidos, asegurándose de que la historia hable por sí misma sin repeticiones innecesarias o explicaciones excesivas. Por ejemplo, casi no muestra rasgos que permitan creer directamente en la posesión, "señales" que nunca se llegan a confirmar, hasta que entrevemos unos ojos negros, sin pupilas, por un lado, y una lengua bífida como de serpiente por el otro... Luego ya irán llegando los juegos mentales y mensajes con los que el diablo controla a la gente, puertas que se abren solas, cruces invertidas... Fracassi es soberbio manejando el elemento sobrenatural. ¿Sabremos el nombre del demonio? No, pero nos deja una frase sublime: "Somos tantos que si nos liberáramos taparíamos la luz del sol con nuestra forma." No me digáis que no se os pusieron los pelos de punta.

Leeréis escenas muy fuertes, con mucha mala leche, pero las vais a sufrir sobre todo porque las víctimas son niños. La exploración de la novela sobre el caos infligido por estos chicos poseídos, casi tribales resuena profundamente y recuerda por momentos a "El señor de las moscas" de William Golding, desdibujando la línea entre la inocencia y el terror en los corazones de los niños. El tema de la posesión demoníaca y la lucha contra las figuras de autoridad opresivas agrega un tono bíblico y siniestro a la narración, creando una atmósfera espeluznante. Y sin embargo me llamó la atención cómo encuentra el lado positivo, si se quiere, después de todo el horror que pasas en el libro.

Una novela que nunca decae, siempre me tuvo interesada en la siguiente página, y que eso es muy difícil de lograr actualmente. Me sentí de la misma forma cuando leí "El exorcista" de William Peter Blatty, por ejemplo.

“Los chicos del valle” es una cautivadora novela de terror que se adentra en la oscuridad del alma humana, particularmente cuando se corrompe la inocencia y se desata el mal. El talento de Fracassi es la elaboración de una narrativa apasionante, junto con su voluntad de explorar temas incómodos, cuando leemos lo terrible de las descripciones del hambre que pasan los niños en manos de los supuestos hombres de Dios, o el castigo casi medieval al que son sometidos, hacen de este un libro una invitación a la reflexión y llamado de atención hacia las religiones, en cuanto a la compasión y el desprendimiento hacia el más humilde. Esto me llevó a cuestionarme si en el fondo el demonio pudo quedarse allí al no encontrar en ese sitio la humanidad y fe necesarias para no caer bajo el influjo del mal, al no encontrar verdaderos creyentes.

Sí, tendremos momentos sublimes para los fanáticos de la ficción de terror que se verán inmersos en esta historia oscura de fuerzas demoníacas y la batalla por las almas en el corazón de un orfanato alejado. Peleas cuerpo a cuerpo, a muerte, bajo un invierno crudo que amenaza con devorarlo todo bajo su blanca capa de muerte... Asesinatos rituales realmente sangrientos, voces que no son humanas saliendo de cuerpos inocentes que jamás han hecho daño a nadie, el miedo a lo desconocido que va a impregnando de a poco cada estancia del orfanato, y la resistencia hasta el final de un grupo de niños que se convertirán en adultos al abrazar la fe para combatir la tentación y la muerte.

Fracassi nos deja con un final increíble, muy conmovedor, de esos que dejan huella y que de seguro no olvidaremos por mucho tiempo. Recordemos cuando éramos niños y en un momento dado llegó un evento que nos hizo crecer a la fuerza, que entendimos que el mundo de allí afuera no es todo color de rosa... y que de hecho tengamos que pelear y hacernos fuerte contra cosas que no son humanas, no habitan este plano y no podemos entender, como nuestros chicos del valle. Salgamos con ellos a la vida, a enfrentar nuestros miedos, que es de la única forma que podemos crecer: con fuerza y con fe.

Un diez redondo.